-Muy bien amigos de la verdad, es todo por hoy. Les dejo un último pensamiento para valorar en la privacidad de sus hogares: cuando escuchen el verdadero sonido del silencio, conocerán la verdad”. Buenas noches y hasta la semana entrante!.Dicho esto, se inclinó en una reverencia hacia su público y se retiró rápidamente hacia su “oficina”. Luego de los aplausos todos los presentes se pusieron de pie lentamente, se saludaron con cariño y abandonaron el lugar. Margarita permaneció sentada en su lugar con las manos entrelazadas sobre su regazo y la cabeza gacha, escuchando los últimos ecos de pasos y murmullos salientes. Cuando las puertas se cerraron se puso de pie y avanzó hacia el escenario. Su pesado cuerpo y su ya avanzada edad no le permitían moverse con rapidez, pero debía alcanzar a Daniel antes de que se marchara, puesto que necesitaba hablarle con suma urgencia. No le costó demasiado encontrar el corredor que desembocaba en la oficina. Ella conocía muy bien ese edificio, porque había pertenecido a su difunto esposo, quien dos meses antes de morir lo había rentado; y ahora, luego de la ejecución del testamento ella era la propietaria. El corredor se le antojó demasiado oscuro y angosto y por un momento temió que Daniel se hubiera retirado ya. Llegó a la puerta y conteniendo la angustia que apretaba su pecho, golpeó con suavidad. Unos instantes mas tarde “su guía espiritual” abrió la puerta y con un dejo de impaciencia en su rostro, le preguntó que necesitaba. -Daniel, siento molestarlo, pero necesito hablar con usted... es importante... -No se preocupe Margarita, estoy aquí para ayudar. Pase y tome asiento.
La oficina, aunque pequeña y con poco mobiliario, era por demás acogedora. Las paredes color canela le daban la calidez apropiada para “iluminar” a alguien que debía encaminar a sus pupilos hacia la verdad y la auto-superación espiritual. Margarita tomó asiento y esperó que Daniel hiciera lo mismo. -Margarita, dime en que puedo ayudarte.Margarita cerró los ojos por un segundo, el tiempo necesario para ordenar sus ideas.-Bien... realmente me apena mucho todo esto y no sé como expresarlo...Daniel la miró fijamente y le tomó las manos en un claro gesto de cariño. Margarita respiró hondo y vio en los oscuros ojos de Daniel, una extraña profundidad, como si el abismo residiera allí; una abismo expectante y cálido, plagado de brazos en los cuales reposar eternamente. Sin embargo, en lugar de contraerse y asustarse, dejó salir junto con su voz, el alma entera.-Usted sabe muy bien que desde que llegó a esta ciudad, he encontrado por fin el camino hacia una vida mejor, más enfocada y libre de pesares...-Si, Margarita, lo sé... y me alegra saber que he podido ser de utilidad.-Bien... el punto es que desde que mi esposo falleció, me han estado pasando cosas muy extrañas, cosas que a nadie he contado.Daniel contuvo la respiración, ya que temía que estando muy cerca de la finalización del contrato de renta, la mujer quisiera recuperar el control de la propiedad. -Margarita, no logro comprenderla... si pudiera explicarse mejor...-Si... eso es lo justo. Cada noche, cuando estoy quedándome dormida comienzo a escuchar voces, murmullos. Sé como suena esto, pero no estoy loca y no son parte de ningún sueño... como le dije antes, siento que sus reuniones y “sermones” me han hecho dejar atrás los dolores y pesares de toda una vida... pero esto es diferente. He asimilado la partida de mi esposo con mucha entereza, ya que luego de verlo sufrir por dos años una enfermedad terminal, no podía ser egoísta y pretender que continuara en esas condiciones a mi lado. El día que falleció derramé todas las lágrimas que me quedaban, pero la paz se instaló en mi conciencia. Eso era lo mejor...Daniel sintió que el abismo se abría bajo sus pies y las sombras arañaban sus piernas, rasgando la carne y derramando la sangre para alimentar a las bestias anidadas en la oscuridad. Cuando habló notó que su voz temblaba.-Jamás osaría pensar que ha perdido la razón. Usted conoce muy bien mis conceptos sobre la vida más allá de la vida... pero, continúe, cuénteme más. -... las voces... bueno, todas hablan al mismo tiempo, pero en diferentes tonos y jamás puedo comprender muy bien lo que dicen, sólo algunas palabras sueltas; y son hombres, mujeres, niños... y... hay otra voz, grave y áspera a la vez que cuando habla, las demás se pierden... como si bajaran el volumen, rindiéndole honor... esa voz siempre me dice lo mismo: “cuando escuches el verdadero sonido del silencio, conocerás la verdad”. Puede creerlo?. Exactamente lo mismo que usted dijo esta noche!.-... Margarita, muchas veces me explayé en relación a este tema. Mire, cuando entramos en el umbral que separa el mundo conciente del onírico, nos encontramos en una especie de brecha en la cual podemos conectarnos con personas que han pasado al otro mundo. La voz grave que le dice lo que yo acabo de decir esta noche, seguramente es su “padre astral”, poniéndose en contacto directo con usted y guiándola como yo lo estoy haciendo desde que nos conocemos... No es nada malo y...-Si, si... lo sé. Lo que sucede es que no creo que sea mi “padre astral”. No. Verá, durante toda la reunión de esta noche, no pude escuchar ni una sola palabra de lo que usted dijo... solo la frase final.Daniel se echó hacia atrás y abrió los ojos desmesuradamente y sus finos labios dibujaron un deformado rictus de estupefacción e incredulidad. Y aunque era conciente de la farsa de su congregación, muy adentro se sintió ofendido y soltó las manos de Margarita... esas tibias manos que hasta ese momento contenía entre las suyas para transmitir confianza.-Cómo?!!!.-Por favor, Daniel no me malinterprete... no es lo que cree. Por primera vez desde que esto comenzó, pude escuchar a las voces aquí. Cuando usted apareció en el escenario, las voces comenzaron a hablarme todas juntas como siempre. Sólo que esta vez parecían enfadadas, llenas de ira y desesperación... como si quisieran darme a entender algo. Pero no podía, el murmullo era ensordecedor, macabro... mentalmente, les decía que no podía comprender lo que necesitaban hacerme saber; que así era imposible para mi. Entonces algo maravilloso sucedió. Las pude ver. -Eh?... Qué...?. Qué pudo ver?. Margarita, qué vio?!!!.-Vi a todas las personas que me han estado hablando todo este tiempo; cientos de personas... en el escenario junto a usted, rodeándolo, mirándolo, tocándolo. Y justo cuando creí que ellos estaban allí, testimoniando las grandes verdades que usted predica, reparé en sus rostros; rostros de dolor, venganza, odio, desazón, soledad y desolación... y allí, en esa marea de cuerpos inexistentes, mi esposo apareció y descubrí que la voz grave y áspera era la suya. Y en ese momento lo comprendí; mi esposo desde la muerte, me hizo comprender que usted ha hecho mucho daño a las personas, las ha embaucado a costa de los pesares, del dolor y la soledad... ellos son el verdadero sonido del silencio. y usted, Daniel, debe pagar!. Ellos vienen por usted!.En ese momento, un murmullo ensordecedor los envolvió y desde los rincones más alejados de la habitación emergió la oscuridad. Margarita suspiró complacida, se puso de pie y abandonó la habitación, dejando a Daniel, el “guía espiritual” de la congregación tieso, pálido y a la espera de su condena.
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