Doblada de nuevo en su última reedición, para los que la vivimos en nuestra infancia es obligatorio ponerla en castellano neutro (latino) para disfrutarla y recordarla como es debido. Una vez solventado este pequeño bache nos sumergimos en una aventura que con cuatro canciones y menos de ochenta minutos es capaz de transportarnos bajo el mar usando la típica fórmula Disney de antaño con secundarios graciosos, un malo despiadado, una preciosa princesa y el habitual toque de machismo e irresponsabilidad. Diversión asegurada con un mensaje algo difuso que nos hará rememorar tiempos menos complicados. Mi puntuación: 7/10