Recreando unos hechos históricos muy conocidos - el accidente aéreo en los Andes que obligó a sus supervivientes, como medida extrema de supervivencia, a comer carne humana - Bayona entrega una película casi documental y muy meditada que es un reflejo perfecto de los claroscuros de la tragedia. Con retrato exquisito y respetuoso de los personajes se cuenta una historia muy humana cuyo dolor se transmite perfectamente al espectador gracias a su conseguido realismo basado, entre otras cosas en un magnífico conjunto de actores desconocidos que otorgan más sensación de verosimilitud a la historia que se está contando. Además, la película es muy entretenida y narra perfectamente las diferentes fases de los más de dos meses que pasaron los supervivientes aislados en las montañas: la confianza en el rescate, la desesperación cuando saben que no pueden esperar ser rescatados y la resolución de sobrevivir a cualquier precio, aunque sea a través de la transgresión de uno de los grandes tabúes humanos. Un buen homenaje a nuestro espíritu de supervivencia a través de los protagonistas de una de las grandes hazañas del siglo XX, en la que se rinde también cumplido homenaje a quienes no pudieron llegar al final del camino.