La sociedad de la seguridad viene determinada por el instinto de acumulación en la esfera psicológica o espiritual y la esfera material o física del individuo, a partir de la acumulación se provee de cierta seguridad para afrontar el futuro, en este contexto la raíz psicológica que impulsa al individuo y a la sociedad a acumular ya se en forma de información o dinero (distintos tipos de Capital) es el temor o el miedo a un mañana que no le sea propicio debido a cualquier circunstancia que le acarree algún problema que no pueda solucionar. La capacidad del individuo y de la sociedad para afrontar problemas futuros de diversa índole constituye el fenómeno de la seguridad como pilar fundamental en el que se sustenta la sociedad. La seguridad por lo tanto condiciona la vida de los sujetos y fomenta la desigualdad que crea la capacidad de acumulación que tiene cada individuo para la supervivencia, a partir de este hecho vemos que el miedo como motor que impulsa la voluntad del sujeto en una sociedad que tiene como base la competitividad para vivir o mejor dicho sobrevivir, genera y generará odio y violencia. La violencia y el odio vienen determinados por la desigualdad y el miedo que son a la vez producto del instinto de conservación o en última instancia, de seguridad.
La sociedad de la seguridad viene determinada por el instinto de acumulación en la esfera psicológica o espiritual y la esfera material o física del individuo, a partir de la acumulación se provee de cierta seguridad para afrontar el futuro, en este contexto la raíz psicológica que impulsa al individuo y a la sociedad a acumular ya se en forma de información o dinero (distintos tipos de Capital) es el temor o el miedo a un mañana que no le sea propicio debido a cualquier circunstancia que le acarree algún problema que no pueda solucionar. La capacidad del individuo y de la sociedad para afrontar problemas futuros de diversa índole constituye el fenómeno de la seguridad como pilar fundamental en el que se sustenta la sociedad. La seguridad por lo tanto condiciona la vida de los sujetos y fomenta la desigualdad que crea la capacidad de acumulación que tiene cada individuo para la supervivencia, a partir de este hecho vemos que el miedo como motor que impulsa la voluntad del sujeto en una sociedad que tiene como base la competitividad para vivir o mejor dicho sobrevivir, genera y generará odio y violencia. La violencia y el odio vienen determinados por la desigualdad y el miedo que son a la vez producto del instinto de conservación o en última instancia, de seguridad.