La sociedad no se desintegra, cambia a otra cosa. El apocalipsis

Publicado el 07 enero 2013 por Jocoma

La sociedad no se desintegra, cambia a otra cosa. El apocalipsis.


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Rouco, apocalíptico, augura que la sociedad se desintegraría sin el matrimonio heterosexual

En una misa en la Plaza de Colón en honor de las familias católicas, el arzobispo de Madrid carga también contra el aborto, el divorcio y la legislación que lo permite. La palabra de dios y la eucaristía son su única salvación
En principio no acabo de entender muy bien eso de los finales apocalípticos. Curiosamente estas cosas, suelen estar muy vinculadas a las religiones. No sé qué pasa con los sumos sacerdotes, profetas y visionarios religiosos de todo tipo, que suelen incluir este “ingrediente” dentro de su meollo explicativo del mundo. La conexión directa de esa gente con dios, le da un poder sobre los demás, sobre el pueblo llano, que acaba revertiendo sobre ellos mismos en forma de feedback retroalimentativo: Más poder sobre vidas y haciendas. La cuestión de los sacrificios/ofrendas es otra parte importante en todo ese mecanismo de poder/ignorancia/miedo. La sangre es algo muy fuerte que fácilmente llega a espíritus sensibles causando un enorme impacto, sobre todo si se trata de sangre humana como ocurre en bastantes civilizaciones.
Se nos dice que “apocalipsis” significa revelación, dicen que fue escrito hacia el año 90 de nuestra era y se le atribuye a un tal Juan que algunos identifican con el apóstol San Juan sin que haya certeza de ello. Lo bien cierto es que se le sitúa como el último libro del Antiguo Testamento y se nos informa que es el único de carácter profético y que está escrito en clave secreta (interpretativa).
Recuerdo que unos pocos años después de haberme casado, hace ya de ello mucho tiempo, durante unas vacaciones en nuestra casa de la alta montaña turolense, nos dio por la lectura y reflexión del Apocalipsis bíblico. Fue increíble. Tuvimos de todo durante esos días, pero sobre “el tema” no recuerdo nada concreto; sólo tengo sensaciones. La impresión que me produjo y que aún perdura en mi memoria es la de un mensaje que alguien nos envió desde el pasado, lleno de amenazas en forma de casi exabruptos que nos llevaban a un fin desastroso en el que “perecerían” todos los no creyentes y se salvarían los bendecidos por dios. En definitiva, su lectura me produjo la sensación de que alguien o álguienes que no estaban en sus cabales, guiados por una serie de “visiones” psicóticas, cargados de una increíble amargura, y sobre todo inmersos en una profunda marginación, respondían a la defensiva contra el mundo pagano que no les comprendía, y que quizás les infravaloraba o despreciaba. En ningún momento distinguí entre tanta oscuridad de mente, amargura y venganza, el mensaje de ningún dios a profeta escogido alguno.
Lo bien cierto es que la historia está plagada de catástrofes naturales no sólo locales sino de ámbito mundial. El pretendido Diluvio Universal y el asteroide que extinguió a los dinosaurios, podrían ser ejemplos de ello. Las mismas cuatro o cinco extinciones que sufrió el planeta, podrían ser “finales del mundo”, pero la verdadera catástrofe, el apocalipsis de verdad, el final auténtico del mundo, está en el fin de la vida de cualquier individuo. Eso sí es el fin del mundo, el fin del mundo de verdad.
Ninguna corriente moral, ética o de comportamiento surgida en cualquier cultura o civilización, puede suponer nada más que el final de un mundo conocido y el comienzo de otro.
Otra cosa es que personas aferradas a un mundo, autoconsideradas bien situadas en ese mundo y convencidas de poseer alguna “verdad”, vean cualquier cambio en ese mundo como un desastre o desaparición del mundo; pero en definitiva no es más que el final de su mundo conocido y el paso progresivo a uno nuevo.
Caña a la superstición que impide una visión realista de nuestro mundo.
Completa tu información: Wikipedia - Apocalipsis

Juan-Lorenzo dalescana@gmail.com                        

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