Qué feo se ve pá dentro. El alcalde capitalino Enrique Galindo Ceballos difundió a través de sus redes sociales un mensaje terrible, la crisis del agua hará implosión en los próximos días. El tipo sereno, habla de algunas inversiones que se han hecho por parte del gobierno municipal a partir de que se tuvo conocimiento de la fisura en la cortina de la presa “el realito”. Ya no es un asunto del INTERAPAS, la responsabilidad recae sobre el presidente municipal y sus detractores lo han convertido en un tema de carácter político.
Flaco favor se hicieron los oportunistas anti galindistas, el personaje podrá tener mal tino para elegir colaboradores eficaces pero le sobra energía para andar en la calle de madrugada transportando un tinaco con agua. No olvidemos que antes que político Enrique Galindo es policía, y está acostumbrado a las jornadas extenuantes. Donde todos ven una tumba política, el alcalde encontró una oportunidad. Justo cuando todos lo daban por muerto, ¿Qué mejor campaña que ponerse a repartir agua en medio de una crisis hídrica?
El problema del agua en San Luis Potosí siempre fue el desasosiego de todos, ciudadanos, funcionarios, comerciantes y los mercaderes de siempre, lucrando con los títulos de concesión para extraer agua del acuífero. Muchas fortunas se construyeron al amparo de la corrupción y la especulación tanto en la delegación local de la comisión nacional del agua (CNA) como en los organismos de administración del agua. La élite potosina siempre ha tenido especial cuidado en mantener la complicidad de los funcionarios en esos cargos. Los nuevos desarrollos inmobiliarios, la industria y los comercios requiere forzosamente agua barata o la garantía de que le será proveída.
Así es como aparecen los personajes oscuros, abogados, especuladores, que recurren a tácticas gangsteriles de amedrentación contra empleados de las entidades públicas para lograr obtener soluciones prontas y favorables para los asuntos que litigan y promueven. Tal es el caso de un personaje funesto que preside el Consejo Directivo del Comité Técnico de Aguas Subterráneas, Jorge Flores Rodríguez se las sabe de todas, todas. En el mundillo de los que hacen negocio con el agua en San Luis Potosí se sabe que el abogado Flores Rodríguez es la solución, aunque seguramente costará mucho dinero.
En su paso como empleado de CONAGUA aprendió que los temas del agua son costosos y para un neófito en la materia una pérdida de tiempo, no sólo se necesita tener conocimiento del medio sino tener acceso al personal que teclea los nombres y folios. Constituir una red de complicidad tan extensa lleva años y ese coste aumenta el monto de los servicios que se ofrecen. En un país donde casi todos los acuíferos están en “veda” desde los años 80 ‘s un título de concesión de derechos de agua es más caro que la escritura de un terreno en zona residencial. En San Luis Potosí hay un dato curioso, existen más de mil pozos registrados en la zona urbana de la capital y la mayoría de ellos son privados, con el desmantelamiento de la delegación local de CONAGUA es prácticamente imposible que el escaso personal realice un seguimiento adecuado.
Para enfrentar la situación de escasez no basta con gastar recursos extraordinarios y contratar cientos de camiones cisterna para distribuir el líquido vital en las colonias afectadas por la suspensión de operación del realito, va de la mano de una nueva cultura cívica inspirada en el respeto a nuestra ciudad, al medio ambiente y asumir cada quien su responsabilidad. Seamos claros, pagar un recibo le permite a un ciudadano exigir un servicio medianamente eficiente y para ello, (en teoría) el organismo debería invertir en infraestructura nueva o renovar la ya existente. Pero el ciudadano debe considerar qué hacer eficiente también su propia instalación hidráulica es una prioridad. ¿Cuántos miles de litros de agua se van al drenaje por un tanque de wc mal instalado o defectuoso?, ¿Cuántos hogares potosinos tienen fugas dentro de su misma casa y prefieren invertir en otras prioridades?
Los apellidos más destacados de esta ciudad han sido atrapados con tomas clandestinas a la red pública, luego salen con que prefieren surtir con pipas sus negocios, se hacen los dignos y después de un tiempo algún amigo llegara al cargo de director de INTERAPAS y les perdonará la multa porque lo invitaron a la boda de su hija en el club deportivo potosino o lo arreglaran en el vapor del club libanés. Ese es el problema de esta ciudad, todos son amigos o socios de alguien, excepto los jodidos, esos son hijos de nadie.
Y ahí es donde radica la oportunidad de Enrique Galindo Ceballos para continuar en la pantalla, ya sea que busque la reelección, la senaduría o una diputación, a partir de ahora nadie de su equipo va descansar y el que pueda cargar una tina deberá sumarse al esfuerzo colectivo de llevar “agua para todos” a cada colonia precarista de San Luis Potosí. Seguramente el partido verde le criticará cualquier esfuerzo pero vamos, previo a una contienda electoral esa también es su chamba. Es fácil censurar desde la poltrona y lo peor que puede suceder es que el gobierno del estado también salga a la calle a disputarse la simpatía ciudadana y al final de cuentas, eso sería benéfico para la población.
Es imposible que el gobernador Ricardo Gallardo Cardona no salga a la calle en busca de alabanzas y likes, se ha vuelto adicto a los abrazos de ancianas y a los aplausos, muchos aplausos para bendecir el alma del político. No sólo de pan vive el hombre, ni de vítores, hoy en día hacen falta muchos likes y publicaciones compartidas para satisfacer el hambre de reconocimiento que una figura pública necesita para sentirse vigente.
En un instante de honestidad debemos reconocer que ni el alcalde, ni el gobernador serán capaces de resolver el problema del agua en la ciudad de San Luis Potosí, ni en tres, ni en seis años, esta ciudad habría que hacerla de nuevo. Pero quizás ya no hay tiempo de cambiar nuestro destino.