En el congreso del estado los cocineros le preparan al gobernador su platillo favorito, una ley al vapor, o mejor dicho, dos. Desaparecerá la secretaría de seguridad pública del estado (SSPE) y la dirección general de seguridad pública del estado (DGSPE), para dar paso a la secretaría de seguridad y protección ciudadana y la guardia civil estatal, se supone que no solo es un cambio de nombre, aunque se conoce poco de su contenido y los cambios más importantes que contiene dicha propuesta.
El diputado José Luis Fernández Martínez anunció que en los próximos días se estará discutiendo el texto de las reformas y que la premura con la que se está actuando no implica algún tipo de irresponsabilidad. Él como coordinador de la bancada verde reconoce que la iniciativa proviene del ejecutivo y a ellos como diputados si acaso les alcanza para administrar el procedimiento legislativo que arroje próximamente una nueva ley. Imagino que el simple hecho de que el texto de la nueva ley haya acusado recibo, ya hizo temblar a los delincuentes.
“La agilidad es por el momento que vive San Luis Potosí, porque la estrategia de seguridad pública del ejecutivo del estado se basa en esta marco legal, y lo que nosotros pretendemos es que ese marco legal esté en manos de la ciudadanía lo más rápido que se pueda” declaró el coordinador de los verdes. Ajeno a la demagogia de los políticos, lo real es que el ciudadano poco está enterado de los “tejes y manejes” de los hombres del poder. Seguros estamos todos de que un cambio en la norma implicará sólo un gasto en rotulistas -si acaso.
La propuesta dista mucho de ser lo que advierten los promocionales que divulgó el gobernador desde sus cuentas en redes sociales, vuelos de helicópteros, el paneo de una formación de elementos con uniformes nuevos, con su riflote mirando al cielo en espera de ser usado.
Los hombres y mujeres que forman parte de la corporación ya están acostumbrados a que cada qué hay un nuevo gobernador hace un gran anuncio, “ahora sí las cosas van a cambiar, nuevo modelo de estrategia policial que será ejemplo a nivel nacional”. La razón por la que la mayoría de los elementos policiacos siguen siendo policías es por necesidad y algunos, muy pocos, porque necesitan estar dentro para realizar actividades poco lícitas.
El problema no es el equipo, la capacitación y mucho menos, las buenas intenciones de un gobernador, la atención del tema requiere forzosamente mandos comprometidos con la sociedad y con una voluntad inquebrantable, hasta el momento ya hemos podido ser testigos de cómo la gallardía maneja las cosas. En San Luis Potosí capital (2015-2018) tuvieron su oportunidad de mostrarle al ciudadano su prototipo de combate a la delincuencia y las medidas de prevención del delito y sonaron bofos.
En Soledad de Graciano Sánchez han gobernado desde hace más de diez años y de lo único que son ejemplo es de contar con un brazo represivo y corrupto que adolece de lo más elemental. Para lo único que ha sido eficaz la policía del municipio conurbado es para amedrentar activistas políticos contrarios a la gallardía. Como en el pasado proceso electoral donde el día de la jornada se dedicaron a detener injustificadamente a los operadores políticos de la coalición, para liberarlos posteriormente al clarear la tarde, ya cuando se estaban cerrando los centros de votación.
El abuso de autoridad fue documentado y ampliamente divulgado por las redes sociales, la forma arbitraria como se comportaron los policías municipales que se presentaban portando armas de grueso calibre e incluso, alguno llegó al grado de cortar cartucho y apuntar algún ciudadano encabronado por la actitud de los elementos policiacos. Ni la autoridad electoral, ni los candidatos o líderes de partidos se atrevieron a realizar un extrañamiento a los jefes policiacos del municipio capital de la gallardía y donde se construiría más tarde la mayoría electoral que definiría el triunfo en favor de José Ricardo Gallardo Cardona.
Para lo único que servirá la iniciativa por aprobarse será darle personalidad jurídica al supuesto cuerpo de élite que el gobernador ha anunciado, el ya famoso grupo “suach” (llamado así por un traspié verbal del jefe del ejecutivo) que se habrá de enfrentar con los meros meros feos. Dicen que para que la cuña apriete ha de ser del mismo palo, quizás estamos por ser testigos del nacimiento de una guardia blanca al servicio de la familia Gallardo.
Lo peligroso de la situación es que al gobernador le gusta jugar a lo grande, le agradan los carros caros y los caballos finos, los violines de cinco millones de pesos y jugar a las “pipis y gañas” con artistas de renombre, los pinos navideños del tamaño de un edificio y ahora, anunció que construirá un cristo jorobado más grande que el que protege la ciudad de río de Janeiro en la “joya honda” de Soledad de Graciano Sánchez.
Quien sabe que pecado habremos cometido los potosinos que necesitamos un tótem del tamaño del complejo, no se han revelado datos importantes como por ejemplo, si la efigie tendrá los rasgos físicos que corresponden al fenotipo racial de la gente del lugar o si será un cristo europeo, a la vieja usanza de nuestra tradición cultural y religiosa. No lo digo al azar, prefiero anticiparme a la posibilidad de que el escultor copie los rasgos físicos del gobernador del estado.
No me vean así, ustedes saben que son capaces, después de todo, Soledad de Graciasnos Sánchez es de los pocos municipios que cambiaron el nombre de una calle dedicada al mismísimo guardián de la puerta del cielo, para renombrarla con el apelativo de un ex presidiario.
Sea pues.