La Soledad de María.

Por Santos

Pregunta: Muy estimado Ramon: podrías hacer un articulo sobre la Devocion a la Santisima Virgen de la Soledad, claro si te es posible ya sabes soy fans de esa advocacion mariana, no hablo de una imagen en concreto si no de la advocacion en general y por que en muchos puertos la tienen... como patrona Acapulco Mexico, Cavite Filipinas, etc etc.

Respuesta: Hola amigo. Claro que puedo, aquí está. Primero me gustaría separar entre la Dolorosa y la Soledad. Son lo mismo, pero no lo son. Aunque hoy en ocasiones se confundan en una sola forma, culto o imagen, representan dos momentos o sucesos distintos en la vida de María. La Dolorosa representa el momento de la Cruz, la Madre fuerte ante el sacrificio del Hijo. La Soledad recuerda el momento, diríamos, posterior al entierro de Cristo. Es silencio, meditación, calma dolorosa, en fin: soledad.

Iconografía, semejanzas y diferencias.
Iconográficamente se diferencian y si no fuera por las mezclas, son reconocibles a simple vista. Ambas suelen vestir de negro, aunque este color es moderno (siglo XIX), porque el rojo y el azul fueron los colores por excelencia. El morado también forma parte de su atuendo. Las Dolorosas miran hacia arriba, el rostro es más tenso y llevan, si acaso un pañuelo en las manos (no tienen sentido las espinas ni nada más). En el pecho llevará un puñal, uno solo (el Dolor por excelencia, la espada de la muerte del Hijo).

La Soledad, en cambio, mira hacia abajo, el rostro muestra dolor, pero es sereno. Puede llevar la corona de espinas y los clavos, así como un rosario, que simboliza la oración de María en ese momento. También puede llevar un corazón con las siete espadas, aquí tiene más sentido (iconográficamente hablando). En la pintura la Soledad suele acompañarse de un fondo donde se ve la cruz, en ocasiones es acompañada por San Juan (aunque con lo cual ya no estaría sola) y es frecuente verla sentada, meditando.  El día “clave” de la Soledad de María es desde el Viernes Santo por la noche hasta la mañana del Sábado Santo.

Historia del Culto de los Dolores de María.
Voy a prescindir de todo el aspecto devocional y teológico de la devoción a los Dolores de María, ya muchos han hablado del tema y esa no es la finalidad de este blog. Así tampoco numeraré cuales son los Siete Dolores, que ya otros lo hacen y mejor que yo. Me centraré en el culto y las expresiones de este.

Aunque desde por lo menos la Edad Media las representaciones marianas al pie de la Cruz son constantes, nunca se separa de este contexto, o sea, no existe una devoción ni fiesta específicamente a los Dolores de María por separado hasta el siglo XV, y eso de manera local (por ejemplo, Colonia y Erfurt). Algunos libros y Doctores tocan el tema en los siglos XII y XIII. El primer decreto oficial sobre el tema lo emite la Iglesia en 1668, permitiendo a los Servitas la misa votiva de los “Dolores de María”, por petición de los mismos Servitas (estos llevaban meditando y propagando esta devoción desde el siglo XIII), pero sin decretar día fijo. En 1692, Inocencio XII instituyó la fiesta por primera vez: se celebraría el tercer domingo de septiembre. En 1714 se aprueba una conmemoración de los dolores de María el viernes anterior al Domingo de Ramos, popularmente llamado el “Viernes de Dolores”. Aunque fue abolida con la reforma litúrgica post-conciliar, en muchas iglesias o cofradías mantienen esta memoria, como preámbulo a la Semana Santa.

No es hasta 1814 en que Pío VII incluye la memoria en el calendario oficial de la Iglesia, extendiéndola a toda ella con un éxito tremendo, pues basta ver cuantos altares, cofradías, congregaciones religiosas hay bajo el título de la Dolorosa. Ciudades, pueblos y parroquias la toman como patrona. En parte tuvo tanto éxito por la espiritualidad un tanto “ñoña” del siglo XIX, en que nacieron y se multiplicaron devociones, novenas, triduos, advocaciones marianas… en esta época la devoción estaba enfilada en la compasión a la Madre, en las lágrimas y dolores, llegando a considerarse los dolores físicos. Por eso San Pío X (21 de agosto) reformó un poco la fiesta, fijando la fecha el 15 de septiembre, y obviando lo de los “siete dolores”, comenzando a hacer énfasis en la Maternidad espiritual adquirida por María al pie de la Cruz, así como la tan discutida corredención mariana.

Y modernamente hay que mencionar el “Vía Matris”, que traza los sufrimientos de María, paralelos a la Pasión de Cristo. La Orden de los Servitas y la Congregación Pasionista tienen a la Dolorosa como Madre y Patrona de sus institutos.