"Quien aspire a obtener una respuesta al problema del mal deberá, antes que nada, conocerse a sí mismo, es decir, tener una conciencia más cabal de su propia totalidad. Para ello deberá esforzarse demodadamente para saber no sólo cuál es su capacidad para hacer el bien sino también de qué crímenes es capaz, y tendrá que estar muy atento para no consierar real a lo uno e ilusiorio a lo otro. Porque ambos aspectos, a fin de cuentas, están integrados en nuestra propia naturaleza y si queremos -como parece- vivir al margen del autoengaño y la ilusión, ambos deberán ser sacados igualmente a la luz". Carl J. Jung.
"Quien aspire a obtener una respuesta al problema del mal deberá, antes que nada, conocerse a sí mismo, es decir, tener una conciencia más cabal de su propia totalidad. Para ello deberá esforzarse demodadamente para saber no sólo cuál es su capacidad para hacer el bien sino también de qué crímenes es capaz, y tendrá que estar muy atento para no consierar real a lo uno e ilusiorio a lo otro. Porque ambos aspectos, a fin de cuentas, están integrados en nuestra propia naturaleza y si queremos -como parece- vivir al margen del autoengaño y la ilusión, ambos deberán ser sacados igualmente a la luz". Carl J. Jung.