La sombra del gato

Por Nazarinasociacion

El único testigo de un asesinato

Esta película británica de 1961, titulada originalmente “The Shadow of the Cat”, es una producción Hammer, aunque el nombre de la productora no consta en los créditos por razones contractuales. Normalmente, una película de terror al estilo gótico se habría rodado en color en esa época, pero no fue así. El realizador es John Gilling, un habitual de la productora, como lo es el director de fotografía Arthur Grant, y los protagonistas André Morell y Barbara Shelley. La película no llegó a estrenarse en España, pero sí en México, Brasil, Francia, Alemania Occidental, Suecia y Grecia, entre otros países.

Ahora bien, hemos hablado de dos protagonistas, pero en esta película toda la historia gira en torno a una gata que ve cómo el marido de su rica dueña la mata con la ayuda de dos criados. La gata, de nombre Tabitha, decide vengar a su ama a pesar de que los asesinos solo desean deshacerse del único testigo de cuatro patas.

Una noche de principios de 1900 en Inglaterra, Ella Venable es asesinada en el desván por Andrew el mayordomo, al que se unen el marido de Ella, Walter Venable, y la criada Clara. Entre los tres entierran el cuerpo sin vida de Ella en el parque de la mansión.

Unos días después entran en escena el inspector Rowles y el periodista Michael Latimer para investigar la supuesta “desaparición” de Ella. Ninguno de los dos está convencido de lo que cuenta el marido; saben que Walter se casó con Ella por su dinero.

Antes de asesinarla, Walter obligó a Ella a firmar un nuevo testamento dejándole como  único heredero de su fortuna. Sin embargo, el testamento original, en el que no le dejaba nada, está escondido en el desván. El asesino sube a buscarlo esa misma noche. El suelo del desván está en mal estado y una tabla cede bajo su peso, pero no le pasa nada. Baja y descubre a Tabitha. El mayordomo y el viudo se lanzan detrás de la gata, y esta se esconde en el sótano no sin antes arañar a Andrew y asustar a Walter, que sufre un amago de infarto.

Ella tenía una sobrina favorita, Elisabeth Venable, a la que Walter invita a pasar unos días en la mansión preocupado por si pone en duda el testamento, pero a la joven no parece importarle que su tía no le haya dejado nada. Vuelve a encontrarse con Michael, el periodista, a quien ya conocía.

Walter debe mantener reposo por el amago de infarto y no puede seguir buscando el testamento, por lo que le pide a su sobrino Jacob Venable, un joven recién salido de la cárcel, y a sus padres, que se instalen en la mansión. Promete darles una parte de la herencia si encuentran el primer testamento y matan a la gata. Tabitha vuelve a ser testigo de la conspiración.

Elisabeth no entiende por qué todos se empeñan en perseguir a Tabitha, una gata fiel y dulce que siempre hizo compañía a su tía. Michael está convencido de que Tabitha sabe la verdad de la desaparición de Ella.

Por fin consiguen atrapar a la pobre Tabitha, y Andrew el mayordomo decide ahogarla en la marisma cercana a la mansión, pero la gata se escapa y el criado muere en las aguas pestilentes. Los conspiradores se preocupan al ver que Andrew no regresa y descubren huellas de barro que ha dejado Tabitha. En el rellano, la criada Clara se encuentra con la gata; esta se le tira encima, la criada cae por las escaleras y muere.

Jacob desconfía de su tío, y mientras este duerme, abre la puerta para que Tabitha entre. Cuando Walter se despierta y se encuentra con la gata sentada en su pecho, tiene un auténtico infarto y muere. Curiosamente, se lo deja todo a su sobrino.

Sin el testamento original, el inspector Rowles, Elisabeth y Michael poco pueden hacer contra Jacob y sus padres. Están a punto de irse cuando Jacob ve a Tabitha en el tejado y se lanza detrás de ella a pesar de que todos le miran. Edgar, su padre, aprovecha para seguir buscando en el desván. Jacob pierde pie y cae, matándose. Edgar descubre el testamento, escondido detrás de un retrato de Tabitha, en el momento en que aparece la gata. Al querer matarla como sea, destroza el desván y una viga se le cae encima, acabando con él.

Tabitah guía a la policía hasta donde se encuentra el cadáver de Ella. Elisabeth no quiere quedarse en la mansión a pesar de ser la heredera de todos los bienes de su tía. Unas semanas después, una nueva familia compra la casa y Tabitha observa a los nuevos propietarios mudándose.

Cartel de la película

Curioso final. Al ver la película, cabe preguntarse ¿por qué no se lleva Elisabeth a Tabitha? La gata no solo ha salvado la situación, ha tomado la justicia en sus “patas” y ha vengado a su dueña asesinada. Merecería no ser abandonada a su suerte.

Como cualquiera puede ver por las fotos, Tabitha no tiene nada de horrenda, ni da miedo. Elisabeth, en la película, dice: “¿De verdad me están diciendo que una gata normal ha conseguido aterrar a tres adultos?” La criada Clara, un poco antes de caer por las escaleras, grita: “¡Es un demonio!” Y el marido Walter, desde su cama, concuerda: “¡Es mala, es mala!” Por mucho que se empeñen los “malos” de la película, Tabitha es una gata simpática. Pero además de simpática, es una excelente intérprete, como lo demuestra en algunas escenas bastante complicadas. El director John Gilling no consigue que Tabitha parezca amenazante, aunque escupa y arañe. No hemos sido capaces de saber si Tabitha fue interpretada por varios gatos parecidos, como suele ocurrir actualmente.

Por cierto, olvidamos mencionar al principio que el compositor de la banda sonora fue Mikis Theodorakis.