Recientemente ha sido probados componentes clave de la sonda europea a Mercurio BepiColombo en un simulador espacial acondicionado especialmente. El simulador espacial de la ESA es actualmente el más poderoso del mundo y el único capaz de reproducir el medio ambiente infernal que existe en Mercurio en una nave espacial a gran escala.
El orbitador magnetosférico de Mercurio (MMO) ha sobrevivido a un viaje simulado al planeta. El parasol de esta nave espacial, contribución de Japón a la misión, soportó temperaturas superiores a 350º C.
Esta es sólo una muestra de lo que sufrirá la nave espacial. BepiColombo se las verá con una intensidad solar diez veces superior a un satélite en órbita de la Tierra. Para simular estas condiciones el simulador espacial LSS del centro ESTEC en los Países Bajos tuvo que adaptarse.
Los Ingenieros se refieren a la potencia de la luz solar en relación a la constante solar. Esta es la cantidad de energía que se recibe cada segundo en un metro cuadrado a la distancia de la órbita de la Tierra.
"Anteriormente, LSS podía simular una constante solar o dos. Ahora se ha mejorado para generar diez constantes solares", explica Jan van Casteren, director del proyecto BepiColombo.
Las mejoras se han logrado en dos formas: las lámparas de los simuladores se están utilizando a su máxima potencia y los espejos que enfocan el haz se han ajustado.
En lugar de producir un haz paralelo de luz de 6 metros de diámetro, ahora concentran la luz en un cono de sólo 2,7 metros de diámetro cuando llega a la nave espacial. Esto crea un haz tan potente que tuvo que instalarse una cubierta con mayor capacidad de refrigeración para "atrapar" la luz perdida por la nave y evitar que las paredes de la cámara se calentasen.
BepiColombo está formado por módulos independientes. El MMO investigará el entorno magnético de Mercurio. Se mantiene fresco durante su travesía de seis años a Mercurio mediante un parasol.
"La prueba del parasol fue un éxito. Se demostró que funciona para proteger a la nave MMO durante la fase de crucero", añade Jan.
Una vez en Mercurio, unas mantas térmicas especiales impidedirán la entrada de la mayor parte del terrible calor del Sol a la sonda BepiColombo. Éstas se componen de capas múltiples, e incluyen una capa blanca de cerámica exterior y varias capas metálicas para reflejar hacia el espacio la máxima cantidad posible de calor.
"Las pruebas nos permitieron medir el rendimiento de la manta térmica. Los resultados nos permiten preparar algunos ajustes para las pruebas del Orbitador Planetario de Mercurio (MPO) el próximo año", dice Jan.
Además de soportar temperaturas de 350º C, El Mercury Planetary Orbiter (MPO) irá a donde ninguna nave espacial ha ido antes: desciendo en una órbita baja elíptica alrededor de Mercurio, de entre 400 kilometros y 1500 km sobre la superficie ardiente del planeta.
A esa distancia. Mercurio es peor que un plato caliente en una olla, liberando oleadas de radiación infrarroja hacia el espacio. MPO deberá enfrentarse a esto, así como con el enorme calor procedente del Sol. La MPO comenzará sus pruebas en el LSS en el verano.
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Publicado en Odisea Cósmica