Hay muchas personas que, a pesar de estar dotadas de capacidades físicas y mentales, cuando menos normales, adquieren una enfermiza convicción de que van a contraer todas las enfermedades
y se sienten impotentes, descorazonados e inútiles, hasta el punto de que es muy difícil encontrarse con una de estas personas y no nos diga los síntomas de alguna nueva enfermedad o dolencia...
Ningún ser humano puede ir más allá de sus creencias y convicciones y si se mantienen como constantes las negativas y de desesperanza, no tenga la menor duda de que le instalarán en la enfermedad o en la pobreza o en la soledad. Está claro que la índole de nuestros pensamientos, sentimientos y actitudes determinan nuestro bienestar o nuestras desgracias. Cuanto más positivos y felices nos sintamos y manifestemos, más energía psicofísica acumulamos y creamos una poderosa barrera contra las enfermedades al tiempo que atraemos la suerte y el bienestar.
Bernabé Tierno Psicólogo, pedagogo y escritor