Esta es una historia común y compartida que empezó en enero, al auspicio del sol tibio y la hospitalidad generosa del Thornton Club. Allí acogimos al gran tusitala y a la mejor hacedora de trabajos manuales, llegados de Barcelona para nuestro deleite.
Comimos, bebimos, brindamos y, sobre todo, corrieron los ríos amparadores de la amistad.