La noche del domingo, la final de la Super Bowl hacía historia en EEUU.
Historia en el deporte, por la victoria de los Saints sobre los Colts.
Historia en el mundo del espectáculo, por los fuegos artificiales, la lluvia de confeti multicolor y la actuación de 12 minutos de The Who con exhibición aeronáutica incluida.
Historia en la publicidad, por los más de 2 millones de euros que las marcas pagaron por 30 segundos de reclamo.
Pero sobre todo, historia en la televisión, por los 106,5 millones de espectadores que siguieron la retransmisión deportiva. Cifra que bate el record de audiencia en la televisión estadounidense, que hasta el domingo pertenecía al capítulo final de la serie MASH cuando en 1983 reunió a 106 millones de miradas frente al televisor.
El eco de la fiesta del fútbol americano no tardó en llegar a las redacciones de los informativos españoles. Al día siguiente, la victoria de los Saints se colaba en las secciones de deportes de todos los informativos. Y así, conocimos los famosos que habían acudido al partido, dónde se había disputado, qué equipo había ganado, o incluso, cómo se llamaba su capitán, todo con pelos y señales. Ahora sólo nos falta conocer un pequeño detalle, ¿cómo demonios se juega a este deporte?
Esta vez no es un niño montado en un globo con forma de platillo volante, esta vez tiene forma de melón y lo llaman fútbol americano.