Es vital que anticipemos las cuestiones culturales. Esto no sólo significa entender la cultura anfitriona sino también la propia cultura. El ser consciente de cómo sus propias suposiciones, valores y creencias son interpretados culturalmente tiene tanto o más que ver con la eficiencia cultural que el entender a la cultura anfitriona.Hay tres maneras de fomentar la comprensión intercultural y se necesita de las tres para reducir las incertidumbres transculturales.Aprenda acerca de la cultura. Esto incluye conocer tanto su propia cultura como la cultura anfitriona. A menos que sea consciente de su propio marco de referencia cultural, usted será incapaz de entender por qué reacciona de una manera determinada frente a otra cultura. Aprender sobre la cultura anfitriona incluye no sólo leer sobre los patrones culturales generales sino también observar y preguntar sobre lo que ve. Al asumir el rol de aprendiz de la cultura anfitriona, se hará amigos y podrá construir relaciones.Construya relaciones. El ministerio cristiano genuino es inconcebible sin relaciones significativas. El progreso en la construcción de relaciones se evidencia al pasar tiempo con la gente, compartir sus historias, explorar las diferencias y emprender tareas conjuntas. Es en la construcción de la relación donde usted encontrará diferencias. Cuando las encuentre, debátalas frente a frente. De esta manera, estará fomentando la confianza y la comprensión mutua.Entiéndase a usted mismo. Aunque esto se pasa frecuentemente por alto, las personas que entienden su propio estilo social y sus tendencias personales están mejores equipadas para adaptarse a las diferentes culturas. Al entenderse a sí mismas son capaces de anticipar su propia respuesta ante las diferencias culturales. Esto les permite controlar el estrés y aprovechar las características particulares de la cultura anfitriona.En una alianza, el desarrollo de una conciencia cultural opera en ambos sentidos. Entender las particularidades de cada cultura es una responsabilidad mutua.
Error 4Subestimar las diferencias culturalesEl éxito de la alianza intercultural requiere algo de comprensión de la cosmovisión, manera de ser y modos de interacción de los miembros del ministerio asociado. Considere esta ilustración extraída de un artículo reciente de la revista de COMIBAM, ELLOS y nosotros. Cuenta la historia de un misionero mejicano que estuvo entre los indios tarahumaras de Méjico. El misionero vivió entre aquella gente, predicando lo que estuvo en su corazón durante años. Él incluso trabajó codo a codo con ellos para mantener a su familia. Sin embargo, nunca tuvo un solo convertido. Un domingo, después de predicar particularmente bien y ver a su público asentir con la cabeza, estuvo seguro de que algunos tomarían una decisión. Nadie la tomó. Aquella tarde, uno de los hombres fue a su casa y le dijo que le iba a contar algo que ningún tarahumara le había dicho jamás a alguien de afuera. Durante muchas generaciones, sus padres le habían repetido constantemente que nunca deberían confiar en alguien de afuera (un no-indio) que viniese a ofrecer algo sin costo. El misionero les había estado diciendo que la salvación es un regalo gratuito de Dios. Ellos simplemente no podían confiar en esa oferta.Siendo mejicano y ministrando a los tarahumaras de Méjico, ¿supuso demasiado el misionero? Es fácil subestimar las diferencias culturales, especialmente donde hay firmes similitudes.He aquí un ejemplo. Durante tres años trabajé con un ministerio en Hong Kong. Aunque el personal y los líderes eran chinos, todos eran muy occidentales. Usaban traje y corbata, llevaban teléfonos celulares y conversaban en inglés con fluidez. No obstante, su herencia cultural aparecía en asuntos más profundos, tales como en su actitud hacia la autoridad, el liderazgo y el manejo de las relaciones. Para trabajar con ellos exitosamente, no era suficiente tener una actitud abierta, de aceptación y de respeto. También tuve que entender cómo veían las cosas y qué era importante para ellos.Remedio: fomentar lacomprensión intercultural
Es vital que anticipemos las cuestiones culturales. Esto no sólo significa entender la cultura anfitriona sino también la propia cultura. El ser consciente de cómo sus propias suposiciones, valores y creencias son interpretados culturalmente tiene tanto o más que ver con la eficiencia cultural que el entender a la cultura anfitriona.Hay tres maneras de fomentar la comprensión intercultural y se necesita de las tres para reducir las incertidumbres transculturales.Aprenda acerca de la cultura. Esto incluye conocer tanto su propia cultura como la cultura anfitriona. A menos que sea consciente de su propio marco de referencia cultural, usted será incapaz de entender por qué reacciona de una manera determinada frente a otra cultura. Aprender sobre la cultura anfitriona incluye no sólo leer sobre los patrones culturales generales sino también observar y preguntar sobre lo que ve. Al asumir el rol de aprendiz de la cultura anfitriona, se hará amigos y podrá construir relaciones.Construya relaciones. El ministerio cristiano genuino es inconcebible sin relaciones significativas. El progreso en la construcción de relaciones se evidencia al pasar tiempo con la gente, compartir sus historias, explorar las diferencias y emprender tareas conjuntas. Es en la construcción de la relación donde usted encontrará diferencias. Cuando las encuentre, debátalas frente a frente. De esta manera, estará fomentando la confianza y la comprensión mutua.Entiéndase a usted mismo. Aunque esto se pasa frecuentemente por alto, las personas que entienden su propio estilo social y sus tendencias personales están mejores equipadas para adaptarse a las diferentes culturas. Al entenderse a sí mismas son capaces de anticipar su propia respuesta ante las diferencias culturales. Esto les permite controlar el estrés y aprovechar las características particulares de la cultura anfitriona.En una alianza, el desarrollo de una conciencia cultural opera en ambos sentidos. Entender las particularidades de cada cultura es una responsabilidad mutua.
Es vital que anticipemos las cuestiones culturales. Esto no sólo significa entender la cultura anfitriona sino también la propia cultura. El ser consciente de cómo sus propias suposiciones, valores y creencias son interpretados culturalmente tiene tanto o más que ver con la eficiencia cultural que el entender a la cultura anfitriona.Hay tres maneras de fomentar la comprensión intercultural y se necesita de las tres para reducir las incertidumbres transculturales.Aprenda acerca de la cultura. Esto incluye conocer tanto su propia cultura como la cultura anfitriona. A menos que sea consciente de su propio marco de referencia cultural, usted será incapaz de entender por qué reacciona de una manera determinada frente a otra cultura. Aprender sobre la cultura anfitriona incluye no sólo leer sobre los patrones culturales generales sino también observar y preguntar sobre lo que ve. Al asumir el rol de aprendiz de la cultura anfitriona, se hará amigos y podrá construir relaciones.Construya relaciones. El ministerio cristiano genuino es inconcebible sin relaciones significativas. El progreso en la construcción de relaciones se evidencia al pasar tiempo con la gente, compartir sus historias, explorar las diferencias y emprender tareas conjuntas. Es en la construcción de la relación donde usted encontrará diferencias. Cuando las encuentre, debátalas frente a frente. De esta manera, estará fomentando la confianza y la comprensión mutua.Entiéndase a usted mismo. Aunque esto se pasa frecuentemente por alto, las personas que entienden su propio estilo social y sus tendencias personales están mejores equipadas para adaptarse a las diferentes culturas. Al entenderse a sí mismas son capaces de anticipar su propia respuesta ante las diferencias culturales. Esto les permite controlar el estrés y aprovechar las características particulares de la cultura anfitriona.En una alianza, el desarrollo de una conciencia cultural opera en ambos sentidos. Entender las particularidades de cada cultura es una responsabilidad mutua.