A lo largo de mi ida he conocido muchos ejemplos de superación. Podría hablar de algunas personas que, teniendo todo en contra por causa de una enfermedad, de un problema laboral, de un revés económico, o de una pérdida familiar, han logrado superar obstáculos que parecían insalvables.
¿No hemos sentido alguna vez que la prueba por la que estábamos pasando era demasiado grande?
Estoy convencido de que nuestra actitud frente a los problemas es muy importante a la hora de afrontarlos. El pesimismo es nuestro enemigo, la falta de fe es nuestra adversaria, y la depresión y la apatía pueden convertirse en un barro profundo en el camino que aprisiona nuestros pies y que nos impide avanzar.
Además, sin importar la naturaleza del obstáculo al que nos enfrentamos, también podemos estar seguros de que Dios el Padre y Su Hijo Jesucristo estarán a nuestro lado. Basta con pedirlo con fe. Ellos nos conocen y saben de nuestras necesidades e inquietudes. Yo puedo testificar que si cada uno de nosotros hacemos nuestra parte del mejor modo posible, ellos allanarán el camino para que nos sea más sencillo transitar por él.
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