La superación personal

Publicado el 06 mayo 2022 por Alejandro Tena

¿Cómo se trabaja la superación personal?

Pues como con cualquier otra actividad, dedicando tiempo y esfuerzo. Ahora bien, la superación personal no es más que una categoría muy amplia de actividades cuyo atributo principal es la búsqueda de una mejor satisfacción con nosotros mismos, a través de la práctica de los buenos hábitos, pero cuya denominación adecuada es la virtud

Por otro lado, también debemos destacar que, últimamente, al menos desde hace unos 40 años existen un tipo de actividades que buscan el crecimiento económico del individuo y a las que se les designa, también, dentro de la categoría de superación personal. Esto no es lo más adecuado ya que, de ninguna forma, algún proyecto de superación personal se podría reducir al enriquecimiento del individuo.

La necesidad personal no se llena con dinero

El ser personal es el elemento más esencial del individuo humano y cuya necesidad se enfoca en su propósito trascendente, su fin último en tanto existente, ¿Para qué existo?, lo que conduce a una respuesta práctica, poner manos a la obra. Ciertamente, y de acuerdo a la doctrina cristiana, en la búsqueda y encuentro de nuestro propósito radical, se pasa por mucho trabajo que lleva al perfeccionamiento de nuestras potencias humanas, estas son, la inteligencia y la voluntad, y que en la mayor parte del casos, trae por añadidura, el éxito profesional, porque si bien, cada persona es única y tiene su propio destino, parte de este trabajo incluye la transformación de nuestro entorno para bien y según nuestra vocación; la transformación de nuestro entorno no es más que nuestro trabajo para servicio de los demás.

De esta forma, un proyecto de superación personal, al enfocarse en calmar esa ansiedad sobre nuestro propósito de vida no se puede quedar limitado al trabajo económico, el hombre también busca dar y recibir amor desinteresado, y que puede manifestarse al crear una familia, llevando un proyecto caritativo, etc..

Finalmente, estas necesidades de realización profesional y de amor desinteresado están allí, independientemente de nuestra fe, sin embargo, si no somos capaces de apreciar su vinculo con un Dios o un destino trascendentente, podemos caer en el vicio de la desidia, ya que el hombre solo puede perseguir el bien, y este debe ser captado en cada uno de sus esfuerzos, sino los verá sin sentido. En breves palabras, toda nuestra vida deberá estas fundamentada en las tres virtudes teologales: Fe, esperanza y caridad, seguidas de las cuatro virtudes cardinales, y luego las demás.