A veces lo que parece imposible acaba haciéndose realidad, espacios autogestionados, cultura gratuita de todos y para todos, proyectos sociales y medioambientales sin ánimo de lucro, todo eso y mucho más es lo que propone el CSA La Tabacalera.
Situado en el antiguo edificio de la Fábrica de Tabacos de Madrid (calle de Embajadores, 53), se trata de un centro social autogestionado cedido por el Ministerio de Cultura para realizar en él numerosas actividades. En Madrid son muchas las trifulcas que se organizan por la ocupación ilegal de edificios por parte de colectivos que quieren autogestionar estos, en muchas ocasiones edificios históricos con un deterioro importante. En el caso de La Tabacalera parece que se ha alcanzado un consenso al gusto de casi todos.
Una serie de colectivos ha logrado que el Ministerio les ceda la parte sin uso, unos 80.000 metros cuadrados, para albergar el proyecto de autogestión, con actividades que incluyen desde locales de ensayo, teatro, skate o agroecología en el jardín interior que tiene el edificio. Mientras que el Ministerio utiliza otra parte del edificio para exposiciones gratuitas, y del que os hablaré un poco más adelante.
Personalmente, lo que más atrajo mi atención fueron los excelentes grafitis que cubrían las paredes de este laberíntico edificio y que es lo que os muestro en esta entrada. Como no será la última vez que me acerque por allí, en otra ocasión os mostraré otras cosas. Para consultar las actividades del centro tan solo tenéis que entrar en la web de La Tabacalera
Por supuesto, no todo es perfecto e idílico. Si bien se trata de una muy buena idea porque se está haciendo con cabeza y con el permiso de las Administraciones Públicas, sigue habiendo muchísima basura y escombros, y espacios totalmente abandonados en los que se amontonan objetos viejos. Hacen lo que pueden, y habrá que darles tiempo para que poco a poco se vaya acondicionando todo. Es innegable que es una tarea ingente para un colectivo sin ánimo de lucro tener el espacio perfecto.
Por otro lado, desde la planta calle se puede atisbar parte de la preciosa escalera que conducía a las plantas superiores, todo totalmente abandonado y víctima de la mayor de las ruinas. El Ministerio de Cultura quiere que el edificio sea sede del Centro Nacional de Artes Visuales, con salas de exposiciones temporales, sala de audiovisuales y talleres didácticos. Sin embargo, los vecinos del barrio consideran que no es necesario un nuevo museo y solicitan que el edificio se use como centro social. Quizá la solución sería un punto intermedio, y en vez de un museo más, lo ideal sería utilizar parte de las instalaciones como un museo o centro interpretativo donde se explicara el trabajo de las cigarreras en la antigua fábrica y se restauraran esas salas con maquinaria, objetos y fotografías de la época, y dejar en manos de los colectivos la parte en la que se están llevando a cabo los proyectos del centro autogestionado.
El edificio realmente merece una restauración, fue una de las obras públicas que se llevaron a cabo bajo el reinado de Carlos III, y fue terminado en 1790, dos años después de la muerte del rey y en pleno reinado de su hijo y sucesor Carlos IV. La obra fue proyectada por el arquitecto Manuel de la Ballina como una típica instalación manufacturera del siglo XVIII. Nació en un principio como lugar para colocar los productos estancados del monopolio del Estado, como el aguardiente, los licores, las barajas de juego o el papel sellado, y se llamó Real Fábrica de Aguardientes. El 1 de abril de 1809 nació la nueva Fábrica de Tabacos y en ella comenzaron a trabajar 800 cigarreras, en pocos años la cifra aumentaría hasta las 6.300 trabajadoras en un Madrid que por aquella época contaba con 300.000 habitantes.
Llegó a convertirse en una de las principales tabacaleras de España y en uno de los centros con la mayor concentración de obreras de la ciudad. Por ello, se adecuaron algunas salas para sus necesidades y se puso en marcha una escuela-asilo para los hijos de las cigarreras o salas de leche para la lactancia de las madres, o cunas y camas junto a los talleres de puros.
El edificio pasó a manos de Tabacalera S.A. desde 1945, viendo cómo iba disminuyendo poco a poco su producción y su plantilla. Finalmente, en 2000 cerró definitivamente sus puertas pasando a manos del estado y adscribiéndose desde ese año al Ministerio de Cultura.
En la parte perteneciente al Ministerio de Cultura, encontramos la muestra fotográfica Laberinto de miradas, un proyecto de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo, AECID y de Casa América Catalunya. El proyecto se compone de tres exposiciones itinerantes, que han viajado durante casi tres años por 18 países de América de la mano de la Red de Centros Culturales de España de AECID, y presenta las imágenes tomadas por autores que trabajan en el ámbito documental en América latina, España y Portugal, comprometidos con temas de contenido social.
Las tres muestras son: Identidades y fronteras, Fricciones y conflictos y Colectivos fotográficos iberoamericanos. Se trata de una recopilación de imágenes tomadas por 68 fotógrafos, tomadas durante os últimos diez años en Iberoamérica. Además de las fotografías, podemos ver también algunos audiovisuales.
Llama la atención la amplitud de las salas, su iluminación entre penumbras y atisbos de luz, y la gran cantidad de imágenes recogidas, tantas, que llegan a abrumar. Nada más entrar nos encontramos varias hileras de imágenes que configuran El hogar 911. Las personas que aparecen en estas imágenes viven en el el edificio número 911 de la avenida Prestes Maia que está en el centro de São Paulo. Tras doce años de abandono, inmigrantes de diversos lugares de América Latina lo han convertido en su hogar, donde viven hacinadas multitud de personas.
La primera parte de la exposición, Identidades y fronteras, habla de los movimientos migratorios, y cómo estos inmigrantes tienen que salvar vallas, barreras y fronteras, físicas y psicológicas, para poder acceder a una vida mejor.
En El salto a Europa de Sergi Cámara vemos a un grupo de inmigrantes africanos muy jóvenes que viven en pésimas condiciones en las montañas cercanas a Melilla, y que esperan el mejor momento para poder saltar la valla.
En esta parte del edificio también nos encontramos con preciosos grafitis muy cuidados, que llaman nuestra atención, desviándola en ocasiones de las propias fotografías de la muestra. También aquí hay salas abandonadas y sucias, con muebles viejos amontonando polvo.
En Fricciones y conflictos, el segundo tramo de la exposición, las fotografías muestran algunas de las imágenes más duras de la exposición, con el narcotráfico, las pandillas y la violencia en general como protagonistas.
Encontramos en esta parte imágenes realmente duras. Aquí solo os muestro las imágenes que tomé de la sala sin detenerme mucho en las fotografías en si, si queréis verlas más a fondo, las encontraréis todas en la página web Laberinto de miradas.
La serie Parada gay de Iata Cannabrava nos muestra a una serie de personas que a través de sus disfraces reafirman su derecho a la libertad sexual, en las calles de São Paulo.
El recorrido termina con Colectivos fotográficos, la obra de grupos de reporteros que se han organizado para vender de forma conjunta sus trabajos.
Algunas de las imágenes, como digo, son especialmente duras, como las ropas encontradas en una fosa común de la imagen superior. Se trata de una imagen tomada por el colectivo MR. El 13 de diciembre de 1984 tuvo lugar la matanza de Putis (Perú), por la que fueron asesinadas 92 personas, entre ellas 4 adolescentes y 33 niños. En 2008 se desenterraron los restos de estas personas que habían sido desplazadas por Sendero Luminoso porque una de sus estrategias era vaciar algunas zonas de gente para así controlarlas mejor, y después les mataron para poder quedarse con su ganado. O las fosas comunes españolas de Villamayor de los Montes (Burgos), donde exhumaron los cuerpos de 46 personas que fueron excarceladas de la prisión de Burgos en 1936, ejecutadas y enterradas junto a la carretera. Las imágenes fueron tomadas por el fotógrafo Clemente Bernad.
Tras Madrid, la próxima parada será Barcelona, donde está previsto que llegue el 15 de junio y se exponga en el Museo Marítimo.
Laberinto de miradas puede verse hasta el 15 de mayo de martes a viernes, de 12.00 a 14.00 y de 17.00 a 19.30 horas; y los sábados, domingos y festivos de 11.00 a 14.00 y de 17.00 a 19.30 horas. Yo os animo a que si tenéis la posibilidad no dejéis de ir a echar un vistazo a este increíble espacio tan original y diferente y lleno de rincones por descubrir.