La tabla de recompensas

Por Noelia-Golosi @ElBlogDeGolosi
He empezado a utilizar una tabla de recompensas con Miss. El motivo es que espero lograr modificar algunos comportamientos, y qué mejor forma de hacerlo que premiándole cuando lo hace "bien". No voy a hablar en este post sobre los pros y los contras de este sistema, ni sobre mi opinión al respecto, ni sobre las teorías a favor o en contra - en la red hay mucha literatura al respecto -, simplemente voy a contaros lo que yo he hecho.
Desde que soy madre me han llamado la atención estas tablas, que he visto en las tiendas sobre todo en fieltro y en madera, aunque quizá las caseras, en cartulina, son las más populares gracias a la Supernanny. Puesto que las que se comercializan son muy limitadas en cuanto a objetivos y premios, he decidido hacerla yo. Quería lanzarme a hacer una chula, de fieltro, pero no manejo la técnica ni mi creatividad me deja ir a más, así que al final la he hecho con cartulina, principalmente por no dejar pasar más tiempo.
Es la segunda vez que utilizo la tabla de recompensas, la primera fue para solucionar el estreñimiento psicológico de Miss - una de las etapas más duras que llevo vividas como madre - y funcionó. Y sé que fue gracias a la tabla, bueno, a su recompensa.

Tabla de recompensas, by Golosi


Como algunas sabéis por mis placeres y desahogos semanales, lo de Miss con el desayuno es una lucha diaria, una pelea que ya de buena mañana nos pone de muy mala leche. Y si encima está viendo dibujos mientras desayuna - que no es lo corriente -, pues ya... pa'morirse. Ya antes de la tabla habíamos establecido que podría ver dibujos cuando acabara de desayunar si le quedaba tiempo, así que ahora lo único es que lo plasmamos en la tabla. Si desayuna en menos de 10 minutos podrá ver dibujos después, si no es en casa porque hay que salir pitando, lo hará en el coche de camino al cole. Esto cada mañana. Y si se va cumpliendo, el finde podrá desayunar mientras ve dibujos - previo aviso de que se apagará la tele en caso de empanamiento -.
Otra lucha con ella es el que vaya calzada en casa, o al menos con los calcetines de caminar. En esto ya he podido cabrearme, amenazarle, premiarle, conducirle e incluso ignorar el asunto, que ha dado igual. Pero el sábado le compramos unas zapatillas nuevas de estar por casa y entre eso y la ilusión por poner el gomet en la tabla, no ha ido descalza ni una vez desde entonces. Puesto que esto es algo que a mí me pone muy enferma - quizá exagero? - y que a ella le cuesta mucho, la recompensa es importante: podrá elegir una actividad en familia cada semana (hacer galletas, jugar a algo los cuatro en casa, ver una peli, ir a la feria...).
El más difícil todavía es para los modales en la mesa. Y es que la hora de cenar se ha convertido de un tiempo a esta parte en lo menos parecido a ese momento placentero en familia que todos esperamos tener previo a acostar a los niños. Imposible! Que si se levanta a... a qué?; que si se gira para ver la tele - por mí no la pondría, pero Papagoloso no está por la labor de no encenderla -; que si tiene ganas de hacer pis y no se aguanta; que si se pone de rodillas; y de lado; que la comida se coge con las manos, que si la lanza a otro plato mola más; que canta, que habla sin parar, que ríe, que llora... Y la cena se eterniza y va saliendo mi vena más oscura y me cabreo mil. Y no es plan, no quiero enfados antes de acostarnos, joder. A ver, que me considero una madre paciente y comprensiva, y si hace falta en determinado momento mirar para otro lado sé hacerlo, pero todo tiene un límite. Y con 4 años creo que ya tiene que saber qué puede hacerse y qué no mientras se está en la mesa comiendo. Bueno, pues desde hace unos días lo que acordamos es que si cenaba en condiciones - bien sentada, en un tiempo razonable, sin levantarse salvo por extrema necesidad y sin guarrear - podríamos jugar a algo antes de acostarse, como a las cartas, al Quién es quién, al Conecta, a hacer un puzzle... juegos breves. Y luego cuento, que muy mal ha de ir la cosa para que no haya ni cuento. Y si lo consigue todos los días, podrá quedarse una noche del finde, viernes o sábado, en el sofá con nosotros. De momento este premio será semanal; más adelante, conforme vaya cumpliéndose cada vez más el objetivo, lo pasaremos a mensual.
Como objetivo fácil, de poco esfuerzo, aunque de responsabilidad y memoria, hemos puesto limpiarse los zapatos. Lo puse porque me parece una tarea fácil que puede hacer ella sola, adaptada a su edad, para ir responsabilizándose de sus cosas, que quizá ahí está lo más complicado, en que sea responsable y se acuerde de hacerlo. La recompensa será desayunar yogurt el finde - entre semana desayuna leche, con galletas o cereales durante o después -. Esto es algo que le hace especial ilusión, aunque fue en lo único que falló el primer día.
Para poder utilizar la tabla durante cuatro semanas, cada casilla la he dividido en cuatro, para poder poner un gomet cada semana.
Y vosotras, habéis utilizado alguna vez la tabla de recompensas con vuestros hijos?
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