Revista Insólito

La Tabla Esmeralda: una misteriosa guía alquimista

Publicado el 01 mayo 2018 por Redespress60

La Tabla Esmeralda se compone de trece tablillas de color verde esmeralda formadas por una sustancia creada por transmutación alquímica. El material del que están hecho las tablillas es imperecedero, además de resistente a todos los elementos y sustancias. La estructura atómica y celular se fija; ningún cambio ha tenido lugar en ellas nunca…

La Tabla Esmeralda: una misteriosa guía alquimista

La tabla esmeralda tuvo su origen en el antiguo Egipto. Fue realizada por Hermes Trismegisto, un personaje mítico, que se convirtió en un dios para muchas de las poblaciones del antiguo Egipto. Es un texto breve, de carácter críptico, cuyo propósito es revelar el secreto de la sustancia primordial y sus transmutaciones. En la Tabla de Esmeralda está condensado o resumido todo el arte de la Gran Obra, objetivo principal de la alquimia. Dicho mensaje es expresado de modo simbólico, su sola lectura no revela su significado. El acceso a la Gran Obra requiere trascender nuestra limitación racional, de ahí que todo alquimista conlleve una transmutación personal paralela que le permita acceder al lenguaje del Símbolo .

La Leyenda

Existen numerosas leyendas acerca del origen de la Tabla Esmeralda dando lugar a muchas dudas sobre la verdadera historia de sus orígenes. Una de estas historias nos cuenta que Hermes era hijo de Adán y que escribió la Tabla Esmeralda para ayudar a la humanidad a redimirse de los pecados que había cometido su padre en el Jardín del Edén. La tradición Hebrea identifica al autor de la Tabla como Seth, tercer hijo de Adán, y que posteriormente fue salvada del Diluvio Universal por Noé llevándola en su Arca. Después del Diluvio, Noé escondió la Tabla Esmeralda en una cueva cerca de Hebrón donde posteriormente fue descubierta por Sara, esposa de Abraham. Otra leyenda describe a Hermes dando la Tabla a Miriam, hija de Moisés, para que la pusiera a salvo y Miriam la escondió dentro del Arca de la Alianza donde todavía permanecen a día de hoy.

Algunos historiadores cuentan que la Tabla fue encontrada alrededor del año 1.350 de nuestra era en una cámara mortuoria secreta que se encontraba bajo la pirámide de Keops. Otra leyenda describe a Hermes como un filósofo que viajaba por Ceilán en el año 500 aC., el cual encontró la Tabla Esmeralda escondida en una cueva y después de estudiarla aprendió la forma de viajar tanto por el Cielo como por la Tierra. El Hermes de esta leyenda pasó el resto de su vida viajando por toda Asia y también por Oriente Medio enseñando y curando a sus discípulos. Curiosamente el libro sagrado Hindu “Mahanirvanatantra” mantiene que Hermes era la misma persona que Buda y en otros tantos textos religiosos hindúes se refieren a cada uno de ellos como “el Hijo de la Luna”.

El origen de la Tabla Esmeralda de Hermes ha sido tan misterioso como su interpretación y está considerada por los eruditos como la piedra angular del pensamiento alquímico occidental.

La Tabla Esmeralda: una misteriosa guía alquimista

El Origen

No debe haber muchas mejores maneras de empezar un texto en el que se pretende revelar, entre otras cosas, cómo se creó el mundo. Es el primer precepto de las trece que componen la Tabla de Esmeralda, una guía reveladora envuelta en misterio. Pero quizás esas no sean las palabras exactas. Aunque el sentido es el mismo, hay varias versiones de esta primera línea y del resto del texto. Y es que proviene de un documento que no sabemos con exactitud dónde está, escrito con un alfabeto desconocido pero parecido a la antigua escritura fenicia y que -depende de cuál fuente consultes- data de hace unos 1.200 años o unos 36.000.

Lo que sí sabemos es que el contenido de lo que se conoce como la Tabla de Esmeralda no sólo ha sobrevivido el paso del tiempo de cuando sea que fue escrito sino que además ha dejado su marca en varias esferas del conocimiento y en personalidades de la talla de Isaac Newton.

Entre las muchas teorías, está la de que la Tabla de Esmeralda es parte de una obra llamada “El libro del secreto de la creación”, que existe en manuscritos en árabe y latín, y que el alquimista musulmán ar-Rāzī pensaba que había sido escrito durante el reino del califa al-Maʾmūn (813-833).

Sea quien fuera que escribió los trece preceptos, obviamente quería responder algunas de las preguntas más fundamentales que nos hemos hecho desde la noche de los tiempos. Y aunque para muchos lo logró, también dejó un legado repleto de signos de interrogación. Lo cierto es que muy pocos han visto la Tabla de Esmeralda y si la vieron fue hace mucho. Eso no ha impedido que haya sido traducida, interpretada y reinterpretada.

Algunos historiadores mantienen que el egipcio Thoth fue el primer Hermes al que es imposible catalogarle intelectualmente porque trasciende todo lo que conocemos como dioses y hombres. Justo antes del Diluvio Universal Thoth preservó la antigua sabiduría inscribiéndola en dos grandes columnas y escondiendo los objetos sagrados, y algunos rollos, en ellas. Algunos textos sagrados egipcios se refieren a ambas columnas sagradas como ‘Los pilares de los Dioses de la Luz de la Aurora’. Posteriormente, según la tradición, las Tablas fueron llevadas a un tercer templo que era conocido como ‘Los dos pilares de Hermes’. Todas estas columnas son mencionadas por algunos historiadores, y geógrafos, de la antigüedad en sus libros.

El sabio griego Solón vió las columnas y escribió refiriéndose a ellas que conmemoraban la destrucción de la Atlántida. El historiador y geógrafo griego Heródoto de Halicarnaso escribió sobre las columnas del tercer templo: “uno de los pilares era de oro puro, y el otro era como de esmeralda que relucía en la noche con un gran resplandor.” Otros historiadores griegos y romanos, como Aquiles Tacio, Dión Crisóstomo o Laercio hacen numerosas referencias a esas columnas en sus libros.

De acuerdo con el papiro de Ebers, el faraón Akenatón 1372 aC., fue el único que parece haber promulgado el espíritu de la Tabla Esmeralda durante su reinado. Cambió su nombre con el fin de romper con la religión egipcia de esos tiempos y estableció una nueva religión monoteísta que reconocía al Sol como ‘Una Cosa’ y como la fuente de toda la energía creativa.

De la Tabla Esmeralda no se tiene ninguna noticia más hasta que el macedonio Alejandro Magno 356-323 a. C., se convirtió en faraón cuando conquistó Egipto, teniendo acceso a todos los tesoros de Egipto, incluyendo el paradero de la tumba de Akenatón (el supuesto segundo Hermes).  Si hacemos caso de los escritos de Alejandro Magno, y otros historiadores, es en el templo de Siwa (Libia) donde Alejandro Magno encontró la Tabla Esmeralda. Alejandro Magno se hizo cargo tanto la Tabla como de los papiros que encontró en la tumba y ordenó depositar los rollos en los archivos sagrados y puso a disposición pública la Tabla Esmeralda. Pronto empezaron la construcción de la ciudad de Alejandría con el fin de convertirla en la casa, el archivo y también el lugar de estudio de los textos Herméticos.

Cuando Alejandro Magno abandonó Egipto se dice que se habría llevado con él la Tabla Esmeralda original y que la escondió para mantenerla a salvo antes de conquistar Babilonia y la India. Mientras tanto se habían hecho algunas copias simples en Alejandría y según la información que nos ha llegado de diferentes historiadores, los sacerdotes revisaron la traducción al griego entre los años 290 y 50 aC. Algunos papiros, que se encuentran actualmente en el Museo Británico, mencionan expresamente las traducciones que se hicieron a los escritos de Hermes. Antes de que la biblioteca de Alejandría fuera destruida, primero por los Romanos, después por los Cristianos y la tercera vez por los Musulmanes, algunas copias de la Tabla ya estaban en camino hacia Arabia y desde allí hacia Europa.

La primera traducción de la Tabla Esmeralda de la que tenemos noticia se encuentra en un libro árabe conocido como el “Libro de Balinas, el Sabio en las Causas” escrito alrededor del año 650 a.C., y basado en los textos alejandrinos de Apolonio de Tiana, un brillante matemático y filósofo quien encontró la tablilla escondida en una profunda cueva cercana a Capadoccia. También aparecen textos de la Tabla Esmeralda en otro libro árabe escrito en el siglo VIII titulado “Kitab Sirr Al Asar”, en el que se dan consejos a los reyes. Otro texto escrito por el alquimista Jabir Hayyan en el siglo VIII contiene una copia de la Tabla Esmeralda y también cita a Apolonio de Tiana como fuente.

Los orígenes de la Tabla Esmeralda se asociaron con el “Corpus Hermeticum” en la Edad Media, puesto que en el Corpus están recopilados todos los antiguos textos místicos escritos desde la antigüedad. El Corpus Hermeticum es una colección de veinticuatro textos sagrados escritos en lengua griega con los principales axiomas y creencias de las escuelas Herméticas. En este libro aparece Thoth, o el Hermes egipcio, como el símbolo de la Mente Divina. Por más de trescientos años fueron considerados por la iglesia Católica como muy antiguos y tenidos en muy alta estima. La iglesia pensaba que el Corpus Hermeticus prestaba apoyo a las doctrinas cristianas y sus enseñanzas eran de lectura obligada para los estudiosos europeos. Las imágenes de Hermes adornan muchas catedrales a través de toda Europa.

La Tabla Esmeralda: una misteriosa guía alquimista

Hermes Trismegisto

No hay conocimiento de Alquimia, Magia, Tarot o Astrología que no esté transversalmente influenciado por la figura misteriosa y eterna de Hermes Trismegisto. Hermes fue un Dios, fue un Rey y fue un sabio por eso se llamaba “Trismegisto” “tres veces Grande”. Se le asocia al Dios egipcio Thot, el del famoso libro de Thot, texto del Antiguo Egipto que aparece fragmentado en diversos papiros cuyo marco literario podría compararse con los textos herméticos. De acuerdo con la tradición se dice que Hermes Trismegisto ha proporcionado la luz de la sabiduría a los misterios del antiguo Egipto:

“Llevaba una esmeralda en la que se registró toda la filosofía, y el caduceo, el símbolo de la iluminación mistica.”Hermes Trismegisto venció a Tifón, el Titán de la ignorancia mental, moral y de la perversión física.

La tradición Hermética es una de las enseñanzas espirituales más antiguas en el mundo y aunque no hay evidencia de influencias directas de la Tabla Esmeralda en las religiones de Oriente todas ellas, el Taoísmo, el Hinduismo y el Budismo, comparten misteriosas similitudes en conceptos y terminología con el Hermetismo. En Occidente sin embargo la filosofía Hermética encontró aceptación no solo entre las religiones paganas, sino también entre las creencias más heréticas de los Gnósticos. Como el autor de la Tabla Esmeralda, los Gnósticos creían que el conocimiento directo de la realidad se conseguía a través de disciplina psicológica y con ejercicios de meditación. También compartían un punto de vista común del universo en el que ‘Todo es Uno’, un patrón de creación y decadencia simbolizada por el Ouroboros (la serpiente mordiéndose su propia cola), este antiquísimo símbolo nos habla de la circularidad del tiempo, constante en numerosas tradiciones esotéricas.

Los orígenes de Hermes los asocian con montículos que dividían territorios, por eso Hermes es un Dios que cruza cualquier división, comunica lo que está arriba con lo que está abajo y el mundo de los vivos con el mundo de los muertos. Las enseñanzas del Hermetismo, escuela que reúne conocimientos ocultos egipcios, se le atribuyen a Hermes Trismegisto, y postulan básicamente la triada hermética: Dios, el Cosmos y el hombre. El hombre es imagen del Cosmos, y el Cosmos es creado por Dios, tal y como se explica en la Tabla Esmeralda de Hermes:

“Como es Arriba es Abajo; como es Abajo es Arriba, los seres humanos somos la semejanza del Cosmos, por lo tanto somos la semejanza de Dios”. El hombre debe acercarse a Dios mediante el pensamiento elevado o Nous, y el Logos, o Palabra, puesto que Dios creó el Universo mediante el poder de la palabra, que es una manifestación del pensamiento creador. La Tabla nos enseña que Dios es un principio Único.

La Tabla Esmeralda: una misteriosa guía alquimista

El Primer ‘Tiempo’

A pesar del misterio que rodea a las Tablas (y los orígenes de la alquimia en general), entre los alquimistas de hoy y los del pasado hay un acuerdo casi completo: los orígenes de la alquimia yacían en la tierra en los tiempos pre-Faraónicos de Egipto. Fue un regalo de los dioses durante el “Primer Tiempo”, o Zep Tepi.

Según esta leyenda, un grupo de dioses o seres divinos llegaron a Egipto. Estos seres compartieron con el pueblo una avanzada tecnología que les permitió transformar literalmente la materia. Fue durante este tiempo que se dice que Thoth creó o trajo las Tablas Esmeralda a la humanidad. La Tabla Esmeralda no es solo un resumen críptico de la obra alquímica, sino que es una receta para una segunda creación del mundo. Es una fórmula para ser usada por una matriz holográfica (la realidad fabricada) que se refleja en la mente del hombre y ofrece a la humanidad la única esperanza para la supervivencia futura.

La Alquimia es la aplicación práctica de la Filosofía Hermética que está contenida, en total, en trece partes muy breves. “La Tabla Esmeralda” es el tratado de magia más trascendental escrito en todo el misticismo Occidental.

Fuentes: BBC // Arca de los Dioses // Wikiwand 


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