Cada día que pasa, admiro más a Sócrates, su “sólo sé que no sé nada” es, tal vez, lo más profundo que el hombre ha dicho nunca.Hay, por ahí, un par de imbéciles que interpretan una frase mía tan desacertadamente que da risa, se refieren a cuando dije aquello de que había pasado la mayor parte de mi vida huroneando en todos los libros, tratando de conocer un poco más al hombre y las mayores revelaciones, en este sentido, las había encontrado en estos malditos blogs de internet.Por ejemplo, esa dicotomía espeluznante del hombre que al propio tiempo es capaz de acercarse al “summum” de la excelencia y, a renglón seguido, caer en la más profunda de las bajezas.Mi formación intelectual, basada en la lectura aséptica de los clásicos, me inducía a pensar que el hombre era un ser de una pieza, un tipo que cuando era bueno lo era de verdad, nada más lejos de la realidad, el puñetero hombre es una asquerosa mezcla de lo más bajo y de lo más sublime, por eso a mí me resulta tan entrañable.Aquí, en internet, he hallado dos almas gemelas absolutamente entrañables precisamente por lo despreciables que son.Me produce una ternura enorme contemplar sus frenéticos intentos por abrazar la izquierda siendo profundamente de derechas.Si no fuera por la diferencia de edad podrían considerarse gemelos, pero homocigóticos y univitelinos, porque son casi exactamente iguales.Sufren todas las asquerosas e irreprimibles pulsiones de la extrema derecha y se envuelven desesperadamente en la bandera de la izquierda, gritan a todo pulmón su izquierdismo al propio tiempo que practican todo lo que constituye lo más característico de la ultraderecha.Así:1) son 2 embusteros irreductibles, mienten continua y compulsivamente, al propio tiempo que
2) experimentan una necesidad irreprimible de exhibir descarada y obscenamente todas sus obsesiones sexuales3) están tan convencidos de su propia excelencia sexual que no tienen reparo alguno en contarnos detalladamente todas sus vivencias en ese sentido, en un afán casi sobrehumano de demostrarnos su virilidad4) y esta obsesión les nubla de tal manera la mente que les impulsa a intentar continuamente someter al otro sexo a las más duras pruebas lo que les lleva a5) cometer la injusticia suprema de transformar a la mujer en un simple objeto sexual, al que puede someterse a las peores vejaciones6) y, paralelamente, llevados por ese excesivo impulso, no dudan ni un momento en expresar su deseo de someter a tratos sexuales igualmente vejatorios, como el de la felación, a sus antagonistas políticos, trato éste absolutamente decisivo en orden a determinar la auténtica proyección política del individuo,7) y así, de este modo, vemos cómo critican con la mayor dureza del mundo comportamientos como el del Alcalde de Valladolid que, al lado de su propio comportamiento, es como un inocente juego de niños,8) o sea que, siendo esencialmente mentirosos e injustos, o sea empedernidos farsantes y canallescos opresores sexuales, presumen continuamente de izquierdistas radicales, cubriéndose continuamente con las banderas de la extrema izquierda, en intento tan desesperado como inútil de redimirse de este asqueroso pecado.Y, es precisamente, por este sórdido y casi intolerable sufrimiento por el que ambos me inspiran una ternura que trato por todos los medios de evitar porque, francamente, creo que no se la merecen.Se me olvidaba: ambos individuos son furibundos partidarios del Franco Madrid, lo que podría considerarse como un perfecto catalizador de las esencias patrias.