Como ejemplo, un repaso a los últimos ganadores: este año, "Az Őrseg zöld aranya" (el oro verde de Őrség), el año pasado "Panonhalmi sárgabarack-pálinkas karamelltorta" (tarta de caramelo y pálinka de albaricoque de Pannonhalma), hace dos años la "Somlói-revolúció" (revolución de Somló, una variedad del postre tradicional húngaro Somlói galuska). La verdad es que es difícil de explicar de qué están hechas estas tartas alguien que no conozca Hungría, porque como dije se basan en postres o recetas típicas húngaras tradicionales pero modernizados y fusionados con sabores más modernos. En cualquier caso, el lenguaje universal de los sabores no tiene barreras lingüísticas, así que ante la duda recomiendo llevarse un buen pedazo de pastel al gaznate y que sea lo que Dios quiera, como a todos nos ha pasado en nuestros primeros tiempos en Hungría.
La ganadora de este año, y disponible en cualquier pastelería húngara que se precie, fue "El oro verde de Őrség", una tarta con base de pasta de semillas de calabaza, y capas de mermelada de frambuesa, chocolate blanco y yogurt que está para caerse de espaldas. La probé en mi último viaje a Hungría el mes pasado y supe al momento que iba a echarla mucho de menos al marcharme.
La del año pasado era un poco más extraña, una mezcla de tarta de caramelo con un toque de Pálinka (aguardiente húngaro) de albaricoque, que tenía su encanto, aunque no fue de mis favoritas. Anteriormente, la Revolución de Somló convirtió en tarta un exquisito postre húngaro como es el Somlói galuska, a base de bizcocho, ron, chocolate y nata.
Si vais a Hungría veréis en muchas pastelerías una tarta destacada (con un precio también un poco más destacado que el resto...) con la plaquita de "Az Ország tortája". Debéis probarla.