Revista Coaching

La técnica de Juan Palomo: yo me lo guiso, yo me lo como

Por Falcaide @falcaide
La técnica de Juan Palomo: yo me lo guiso, yo me lo comoEn cierta ocasión me decía un directivo:
- En España acudes al abogado cuando tienes problemas; en otros países de Europa vas al abogado precisamente para evitar tener problemas.
Por ahorrarnos unos euros, luego los problemas muchas veces son de caballo. España tiene cosas buenas y otras no tantas, como todas las naciones. Una de las menos buenas es que jugamos demasiado con la improvisación, y claro, eso algunas veces funciona y otras no tanto.
Esa improvisación a menudo se refleja en que tendemos a verlo todo como un gasto y no como una inversión, lo que hace que en vez de destinar recursos a consolidar y hacer más fuertes y robustas las organizaciones -ya sean invirtiendo en formación, tecnología, etc- caigamos en el juego fácil del Do it yourself, o lo que es lo mismo, en la técnica del Juan Palomo, yo me lo guiso yo me lo como.
La diferencia entre valor y precio no la tenemos muy clara. Que algo tenga un precio alto no significa que sea caro. Ayer mismo decía Ángel Cabrera (@artecar24) en el Homenaje a los blogueros, que lo que menos le gustaba de España era la picardía del "todo gratis" que detrás esconde a un egoísta que pretende recibir pero no dar.
También el Director General de Toshiba España me contaba la siguiente anécdota. Después de dar una conferencia en Londres, se le acercó un asistente y le dijo:
- Es el primer español que no nos habla de precio.
Esa improvisación que muchas veces desemboca en fijarse en que las cosas son gasto y no inversión también se refleja en el mundo de la comunicación. En esta vida todo es comunicación y, sin embargo, creemos que comunicar es hablar y ya está. Olga Cuenca, fundadora de Llorente y Cuenca me decía una vez: "Con la comunicación pasa como con el fútbol, aparentemente, todos sabemos". Guillermo Perry, Economista Jefe del Banco Mundial para la región de América Latina y Caribe (1996–2007), también me decía: "La capacidad de liderar e influir se basa mucho más en tener ideas claras y en saberlas exponerlas, que en la posición que se ocupa o en el respaldo político o económico que se tiene".
A menudo escuchamos a los políticos (o a los directivos de empresa) decir: "La medida era acertada pero no la hemos sabido comunicar". Aquí en una ocasión dedicamos un post con el título: ¿Por qué los españoles comunicamos tan mal? Hacía referencia al libro de Manuel Campo Vidal con el mismo título. Nuestro amigo Gonzalo Álvarez de El arte de presentar (@artepresentar) dedica mucho tiempo, esfuerzo y energía a que mejoremos en este sentido. La comunicación, como todo, tiene su técnica, lo que exige conocerla, formarse, practicar y hacer feed-back. Cuidar lo que se dice, cómo se dice, saber a quién uno se dirige, en qué contexto... Todo hay que cuidarlo. Como en alguna ocasión se ha dicho: "La mejor improvisación es la adecuadamente preparada". A menudo comunicamos mal, negociamos mal, invertimos mal... y ello es porque no nos enseñan y también no nos preocupamos de aprender. La humildad es el primer requisito de la sabiduría. Y algunas frases:
- "Nada revela tanto el carácter de una persona como su voz" (Benjamin Disraeli).
- La comunicación comienza antes de hablar.
- Los silencios hablan.
- "Antes de hablar, mire el reloj y piense en el reloj de los asistentes" (Manuel Campo Vidal).
- "La habilidad para expresar una idea es tan importante como la idea misma" (Aristóteles).
La técnica de Juan Palomo: yo me lo guiso, yo me lo como

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