Todos los que hemos viajado, incluso frecuentado, países del Magreb, sabemos en qué consiste "la técnica del zoco": el vendedor pone un precio excesivo al producto para que en el regateo el comprador se vaya satisfecho con la "rebaja", creyéndose que, gracias a su gran habilidad negociaodora, ha conseguido el mejor de los precios.
Esto exactamente es lo que, a mi juicio, ha ocurrido con los acuerdos del pensionazo entre el Ejecutivo y los sindicatos UGT y CCOO. Como afirman que la primera propuesta sobre la reforma de las pensiones era muy dura, ahora están satisfechos al pensar que gracias a su presión y espíritu negociador, han conseguido alguna "rebajilla".
Nada más lejos de la realidad. Nos vamos a jubilar más tarde y más pobres. Que no nos tomen por tontos. Ya está bien.
Más tarde, porque muy pocos afortunados podrán jubilarse a los 65 años ya que para ello se exige que hayan cotizado durante 38,5 años (actualmente 35). Con un paro juvenil, de menores de 24 años, del 43 o 45%, dependiendo de las fuentes consultadas, y con un trabajo precario y discontinuo, díganme ustedes quiénes podrán ser los privilegiados que puedan jubilarse a los 65 años.
Más pobres, porque los que ya lleguen a los 67 años, no podrán jubilarse con el 100% de la pensión, ya que el computo de la cotización pasa a ser de 15 a 25 años. Con los salarios actuales y la precariedad en el empleo, pocos van a poder llegar a la pensión maxima.
Resultado: Un nuevo hachazo al estado de bienestar. Un futuro negro para los jóvenes que ahora no pueden trabajar y mañana no podrán jubilarse. ¡Genial! Todo un logro del Gobierno socialista con el acuerdo de UGT y CCOO.
¿Quién gana? Los de siempre. De entrada, el negocio de las pensiones privadas. Les recomiendo este artículo de Edmundo Fayanás, escrito para Nueva Tribuna en diciembre pasado.
¡Estoy realmente enfadada!
Por lo demás, que tengan buen fin de semana. Nos lo merecemos.