La política en España se ha convertido en un lodazal y un inconsistente caprichito de mimo. Aquí, es preciso desterrar el invento de la Memoria Histórica, enterrar el recuerdo de la Guerra Civil y revitalizar la concordia y reconciliación, el espíritu de la Ejemplar Transición. El PSOE actual no ha superado la Guerra Civil y el golpe de Estado a la República, de lo cual culpa, de alguna manera, a la que ellos llaman la derecha; este hecho obstaculiza sus relaciones con el PP de centro democrático. Esta Socialdemocracia tiene que presentar un candidato aceptable para la ciudadanía, centrarse y dejar de dar los bandazos que ha venido ofreciendo este Secretario General que hemos sufrido y abandonar las nocivas afecciones mostradas al partido de extrema izquierda leninista y fomentar el Socialismo de Felipe González sin hacer ascos ni rechazos a nadie y menos al partido más votado, junto con sus ya clásicos Noes tan perjudiciales para España y para él mismo, que lo han llevado al fracaso.
Ante esta auténtica chapuza de vueltas, revueltas, cuentos y cuentas que hemos presenciado durante estos cuatro meses, se ha de decir que la repetición de las elecciones es la mejor solución que el fiasco de inmadurez viene a ofrecer a los españoles; precisamente los comicios son la más clara constatación del fracaso de los nuevos politiquillos, al no saber alcanzar un acuerdo de gobierno; se necesitaba y se necesita un pacto lo más amplío posible, la gran coalición, sobre todo, por respeto a los votantes de cada partido; son los intereses de España los que han debido primar y, aunque la negociación no fuese de su agrado personal, debiera haber firmado con el PP por obligación nacional, ello, a la larga, le hubiera reportado prestigio por su significación política.
Pedro Sánchez se presenta como el dirigente político que lo ha intentado todo para conseguir la gobernación de España; y, en efecto, ha intentado mucho más de lo que la prudencia, el sentido común y los intereses de los españoles aconsejaban, por eso, Podemos ha maniobrado, para sabotear los innumerables esfuerzos del socialista, para alcanzar un pacto. Ahora es probable que la participación descienda y sea lo que sea, no podrá repetirse por segunda vez el clima político que hemos padecido durante estos meses; si, como pronostican los sondeos, el PP vuelve a ser la primera fuerza y el PSOE la segunda, o incluso la tercera, estará obligado a abandonar su cerrada, tediosa y reiterada negativa y habrá de pactar con el PP, porque los electores le empujarán y le pasarán factura y porque es palmario, que hoy vamos de nuevo a las urnas, porque el PSOE se ha negado al acuerdo con el partido que sacó más escaños. Y eso no se debe repetir.
C. Mudarra