La telebasura al servicio del fútbol

Los que ya tenemos una edad recordamos las épocas en las que los programas deportivos de televisión se limitaban a dar la información justa sobre los partidos de la jornada, dando resultados, goleadores y algún que otro dato curioso. Pero era una época en la que apenas teníamos oferta televisiva. Con la aparición de las cadenas privadas primero y de la TDT años después, el panorama televisivo se está poniendo cada vez más complicado, por lo que algunos han de llegar al nivel de esperpento para poder tener audiencia. Todavía recuerdo la época en la que, como mucho, podías más o menos intuir de qué equipo era tal y cual presentador, pero ahora parece ser que si no lo dices ni haces de eso una bandera, no vendes. Y de entre todos periodistas populistas, quien se lleva la palma es Tomás Roncero, hincha fiel seguidor del Real Madrid, lo cual no sería ningún problema si no fuera por las formas. Jamás ha dudado en montar el numerito con tal de que hablen de él. Como reza el dicho que seguro que muchos conoceréis: "Lo importante es que hablen de uno aunque sea mal". No son pocas las ocasiones en las que el diario AS, para el cual trabaja, nos muestra vídeos en los que reacciona ante cualquier cosa que tenga que ver, sobre todo, con su Real Madrid o con el FC Barcelona, equipo al que no duda la mínima para lanzarle un poco de mierda.

Reconozco que cuando me hablaron del personaje, porque eso es en lo que se ha acabado convirtiendo, lo iba siguiendo porque me hacía cierta gracia. Para poneros en contexto, lo descubrí en la temporada 2008-09, año en el que el equipo azulgrana ganó el sextete y ganó 2-6 en el mismísimo Bernabéu. Pero con el paso de los años, lo que antes era gracioso, poco a poco se ha acabado convirtiendo en patético, lo cual se ha ampliado a todos los tertulianos del programa para el cual trabaja desde hace años. Y es que lo que tendría que ser una tertulia de fútbol se ha acabado convirtiendo en una reunión de bar con hinchas con alguna copia de más con voz en grito, ya que la principal política que se sigue en ese plató es la de que "como grito más, pues entonces tengo razón".

Y mientras tanto, ellos chuleando de audiencias, aunque desde hace tiempo me pregunto hasta qué punto se les ve porque interesa lo que dicen y a partir de qué punto se les ve para ver cuál será la próxima tontería que digan.