Teledetección, técnica empleada para obtener información a distancia sobre objetos y zonas de la superficie de la Tierra, basada fundamentalmente en el análisis de las imágenes obtenidas desde aeronaves y satélites preparados para ello. Las cámaras y otros instrumentos que registran esta información se denominan sensores, que son transportados en aviones y satélites artificiales. Estos sistemas de teledetección se emplean de forma habitual para el reconocimiento, la confección de mapas y la observación de los recursos y el medio ambiente de la Tierra. También se han empleado para explorar otros planetas (véase Astronáutica).La mayoría de los sensores remotos registran la energía electromagnética radiada o reflejada por los objetos (véase Radiación electromagnética). La forma más familiar de energía electromagnética es la luz. Cuando la película de una cámara se expone a la luz, está registrando la energía electromagnética. Muchos sistemas de teledetección se basan en la toma de fotografías; otros en el registro de energía electromagnética invisible como rayos infrarrojos o microondas.Las cámaras fotográficas son uno de los sensores remotos más frecuentes. Desde finales de la década de 1930 los científicos han fotografiado regularmente la superficie terrestre desde aviones. Esas fotografías se han empleado para levantar mapas, registrar los cambios en el uso del suelo y en la vegetación, planificar ciudades y observar operaciones militares (véase Reconocimiento aéreo; Fotogrametría; Fotografía).La principal técnica desarrollada por la teledetección espacial es la fotografía multiespectral, realizada con sensores denominados exploradores multiespectrales. Esta técnica permite fotografiar la Tierra desde diferentes longitudes de onda, generalmente en el campo de las radiaciones visibles, cercanas al infrarrojo. Las cámaras multiespectrales son cámaras de barrido que no utilizan películas, sino detectores electrónicos que registran radiaciones electromagnéticas. Los científicos que trabajan en teledetección utilizan frecuentemente ordenadores o computadoras para mejorar la calidad de las imágenes y contribuir a la automatización de la recogida de información, tratamiento de datos y confección de mapas.Los sensores infrarrojos y de microondas registran energía electromagnética invisible. El calor de los objetos puede medirse por la energía infrarroja que irradian. Los sensores infrarrojos crean imágenes que muestran las variaciones de temperatura en una zona. Los científicos emplean imágenes infrarrojas para determinar las condiciones de vegetación, estudiar los cambios de temperatura en la superficie del agua, localizar daños en canalizaciones subterráneas y registrar determinados accidentes geográficos superficiales y subterráneos.Los sensores de microondas, como el radar, transmiten ondas electromagnéticas hacia un objeto y registran las ondas que éste refleja. A diferencia de otros sensores, los de microondas pueden recoger información sobre una zona a través de las nubes. Explorando una zona con radar y procesando los datos con una computadora, los científicos pueden crear mapas de radar. Con esta técnica se han confeccionado mapas de la superficie de Venus, que está totalmente oculta por nubes muy densas. El radar también se ha empleado para la navegación oceánica, la detección de características geológicas e incluso el cálculo del contenido de humedad del suelo.Los satélites han resultado ser muy útiles para el desarrollo de sistemas de teledetección. La Agencia Europea del Espacio (ESA), Estados Unidos, la India, Japón y Rusia han lanzado satélites de observación terrestre. Los satélites estadounidenses Landsat han proporcionado una enorme cantidad de información sobre la Tierra. El primero, el Landsat-1, se lanzó en 1972. El Landsat-5 produce imágenes de casi toda la superficie terrestre una vez cada 16 días. Cada imagen del Landsat cubre más de 31.000 km2 y muestra objetos de 900 m2 de extensión. Los satélites franceses SPOT (Système Probatoire d’Observation de la Terre) facilitan imágenes que muestran objetos de tan sólo 100 m2 de superficie.Los satélites meteorológicos, como la serie europea Meteosat, emplean sistemas de teledetección para producir imágenes que se utilizan en la predicción meteorológica (véase Meteorología). Los sensores remotos de estos satélites pueden seguir el movimiento de las nubes y registrar los cambios de temperatura en la atmósfera.
Teledetección, técnica empleada para obtener información a distancia sobre objetos y zonas de la superficie de la Tierra, basada fundamentalmente en el análisis de las imágenes obtenidas desde aeronaves y satélites preparados para ello. Las cámaras y otros instrumentos que registran esta información se denominan sensores, que son transportados en aviones y satélites artificiales. Estos sistemas de teledetección se emplean de forma habitual para el reconocimiento, la confección de mapas y la observación de los recursos y el medio ambiente de la Tierra. También se han empleado para explorar otros planetas (véase Astronáutica).La mayoría de los sensores remotos registran la energía electromagnética radiada o reflejada por los objetos (véase Radiación electromagnética). La forma más familiar de energía electromagnética es la luz. Cuando la película de una cámara se expone a la luz, está registrando la energía electromagnética. Muchos sistemas de teledetección se basan en la toma de fotografías; otros en el registro de energía electromagnética invisible como rayos infrarrojos o microondas.Las cámaras fotográficas son uno de los sensores remotos más frecuentes. Desde finales de la década de 1930 los científicos han fotografiado regularmente la superficie terrestre desde aviones. Esas fotografías se han empleado para levantar mapas, registrar los cambios en el uso del suelo y en la vegetación, planificar ciudades y observar operaciones militares (véase Reconocimiento aéreo; Fotogrametría; Fotografía).La principal técnica desarrollada por la teledetección espacial es la fotografía multiespectral, realizada con sensores denominados exploradores multiespectrales. Esta técnica permite fotografiar la Tierra desde diferentes longitudes de onda, generalmente en el campo de las radiaciones visibles, cercanas al infrarrojo. Las cámaras multiespectrales son cámaras de barrido que no utilizan películas, sino detectores electrónicos que registran radiaciones electromagnéticas. Los científicos que trabajan en teledetección utilizan frecuentemente ordenadores o computadoras para mejorar la calidad de las imágenes y contribuir a la automatización de la recogida de información, tratamiento de datos y confección de mapas.Los sensores infrarrojos y de microondas registran energía electromagnética invisible. El calor de los objetos puede medirse por la energía infrarroja que irradian. Los sensores infrarrojos crean imágenes que muestran las variaciones de temperatura en una zona. Los científicos emplean imágenes infrarrojas para determinar las condiciones de vegetación, estudiar los cambios de temperatura en la superficie del agua, localizar daños en canalizaciones subterráneas y registrar determinados accidentes geográficos superficiales y subterráneos.Los sensores de microondas, como el radar, transmiten ondas electromagnéticas hacia un objeto y registran las ondas que éste refleja. A diferencia de otros sensores, los de microondas pueden recoger información sobre una zona a través de las nubes. Explorando una zona con radar y procesando los datos con una computadora, los científicos pueden crear mapas de radar. Con esta técnica se han confeccionado mapas de la superficie de Venus, que está totalmente oculta por nubes muy densas. El radar también se ha empleado para la navegación oceánica, la detección de características geológicas e incluso el cálculo del contenido de humedad del suelo.Los satélites han resultado ser muy útiles para el desarrollo de sistemas de teledetección. La Agencia Europea del Espacio (ESA), Estados Unidos, la India, Japón y Rusia han lanzado satélites de observación terrestre. Los satélites estadounidenses Landsat han proporcionado una enorme cantidad de información sobre la Tierra. El primero, el Landsat-1, se lanzó en 1972. El Landsat-5 produce imágenes de casi toda la superficie terrestre una vez cada 16 días. Cada imagen del Landsat cubre más de 31.000 km2 y muestra objetos de 900 m2 de extensión. Los satélites franceses SPOT (Système Probatoire d’Observation de la Terre) facilitan imágenes que muestran objetos de tan sólo 100 m2 de superficie.Los satélites meteorológicos, como la serie europea Meteosat, emplean sistemas de teledetección para producir imágenes que se utilizan en la predicción meteorológica (véase Meteorología). Los sensores remotos de estos satélites pueden seguir el movimiento de las nubes y registrar los cambios de temperatura en la atmósfera.