Las películas de las que hablaremos en el ciclo van a ser de todo tipo de temática y de cualquier época, es decir, que lo mismo nos encontraremos comedias o dramas como películas modernas o de hace 50 años. Y precisamente la película que inaugura el ciclo es una de las grandes comedias de todos los tiempos: La Tentación Vive Arriba.
La Tentación Vive Arriba no es la mejor película de Billy Wilder. Es dificil dificil quedarse con una sóla película de este director hasta el punto de que, a pesar de que es una película que me gusta bastante, no estaría en mi top five de los films que le debemos a este genio. En este caso, me gusta especialmente la estructura de la película, en la que abundan los monólogos del personaje de Tom Ewell pero, sobre todo, me gusta Marilyn Monroe.
Seguro que todos estamos de acuerdo en que no hay muchos actores que sean tan icónicos como Marilyn Monroe y, precisamente, es en esta película en la que podemos ver la que, seguramente, sea su escena más recordada: la de las rejillas de ventilación del metroMarilyn Monroe es la película y se come con patatas a Tom Ewell en cada escena que comparten. Es cierto que hace el tipo de papel por el que es recordada y, a veces, da la sensación de que, en su caso, pesaba más el físico que el talento, pero lo que es innegable es que Marilyn bordaba ese tipo de personaje de ingenua explosiva y que se movía como pez en el agua en la comedia.
Yo recomiendo verla cuando más calienta sol. Parece una tontería pero ciertos condicionantes (como ver una película de terror de noche y con la luz apagada) ayudan a crear una atmósfera más propicia. El calor es un elemento esencial en esta película porque es el causante de que el protagonista se quede solo en la ciudad y porque es una de las claves que fomentan el acercamiento entre ambos personajes. Y, qué narices, quién no ha pensado, en plena ola de calor, hacer lo mismo que Marilyn y meter la ropa en la nevera. Pues eso, a pasar calor y a disfrutar de una buena película.