La teoría de la formación en el fútbol base y la realidad van por distintos caminos

Hoy me enviaron un artículo (abajo cito las fuentes) que me hizo recapacitar y mucho, después de cuatro años escribiendo sobre temas relacionados, opiniones propias y de otros, buscando siempre el camino adecuado tanto para el lector que forma niños como para mi propia formación, creo que estoy equivocado en muchas cosas. Entreno o formo (trato de formar) a dos equipos, uno benjamín y otro infantil, con el benjamín siempre antepongo lo que transmite tanto el artículo que os ofrezco como otros con los que estoy totalmente de acuerdo, el resultado del partido me importa menos que nada y disfruto mucho viendo a los niños progresar adecuadamente, pero con el Infantil .... quiero y debo ganar, no voy a ser hipócrita. ¿Por que? Pues sencillamente por que seré valorado por el resultado tanto del fin de semana como al final de la temporada. El artículo es genial, uno de los mejores que he leído sobre la formación en la base pero... ¿Donde está el pero? Claramente en la situación del equipo o club del que formamos parte, ya que no es lo mismo entrenar en el Barcelona que en el Barbadás solo por poner un ejemplo y al igual que si un entrenador de regional coge los entrenamientos de Guardiola y los aplica a un equipo con futbolistas que no saben dar dos pases comete un grave error, aplicar a pies juntillas algo que en la teoría es maravilloso pero en la práctica nos conduciría al fracaso también lo sería. No disponemos los equipos o escuelas "pobres" ni tiempo, ni material. ni personal suficiente para realizar entrenamientos individualizados y la cosa parece ir a peor en cuanto a medios. Estoy hablando de un equipo infantil de Liga Gallega, no me importa si no que creo necesario este tipo de formación en un equipo provincial al que debería importar poco  que se clasifique de tercero o de noveno. ¿Egoismo? No, es que en Club de estas características, que somos la mayoría,  se va a valorar tanto a jugadores como a entrenadores por el resultado final, si mantenemos la categoría lo haremos bien y si descendemos seremos criticados. Esto no significa al menos por mi parte dejar de lado la formación educativa, la progresión del futbolista y todo lo demás, pero creo que al llegar a la edad infantil de segundo año ya se sabe si hay que dejar al chaval hacer cinco regates para perder el balón, o indicarle caminos mas favorezcan tanto a el como al equipo. Se podría profundizar mas pero sería demasiado extenso. Invito al formador de un equipo de estas características al que no le pregunten al finalizar el partido por el resultado si no como se comportaron o que tal su progresión, a que venga y me lo cuente. Tampoco veo a equipos Alevines de Madrid o Barça, participar en torneos por el mero hecho de jugar simplemente, sin importar el resultado y si estos no predican con el ejemplo que narices nos van a pedir a nosotros. Me gusta la literatura y me encanta el artículo, pero....
Fernando Gutierrez.- Entrenador Profesional – UEFA ‘A’ (Publicado en TodoBarcelona.net)Los que tengáis hijos en el fútbol base, por favor, leed esto. La Pizarra de Fernando os da todas las pautas para dejar o quitar a vuestros cracks del futuro de un club que los esté formando. ¡Imperdible! “En la escuela no dejan entrar a los padres al aula, ¿verdad? Pues nosotros tampoco”Pep Guardiola, sobre el fútbol base del Barcelona y la influencia de los padresDesde mi punto de vista, el fútbol base es la etapa formativa del jugador de fútbol en la que el individuo debe ser el centro de atención de la metodología educativa y en donde la evolución  PERSONAL E INDIVIDUAL de cada niño es primordial en todos los otros  aspectos.Si analizamos bien esta idea, nos encontramos  con que existe una diferencia abismal entre lo que llamamos fútbol base, donde se forma al jugador, y el fútbol profesional  donde se utiliza  un jugador ya hecho.Es por ello que siempre es bueno tener en claro que ser entrenador de chavales es una actividad muy distinta a la de ser técnico en cualquier primer equipo, ya sea de regional o de primera división, ya que la diferencia de objetivos  es marcada.Los resultados del primer equipo son juzgados y puestos en evidencia cada fin de semana y hay que rendir cuentas de forma inmediata o casi,  es el corto plazo.  En cambio en la cantera, los resultados realmente importantes  se ven al final del periodo de formación: el chico está capacitado o no para integrar la primera plantilla. Hablamos aquí del largo plazo.Es por ello que nunca voy a entender  a los entrenadores de cantera  que preparan con ansiedad un partido de campeonato,  y que adaptan su sistema de juego  porque juegan contra el líder,  y se la pasan toda la semana anterior preparando ese partido. Para mí, un míster que reacciona así, está trabajando objetivos a corto plazo, más acordes a un primer equipo que al fútbol base.Son los mismos entrenadores que durante un partido de alevines cambian a un jugador de posición (Bernardo, un centrodelantero grandote que tiene buen juego aéreo, pasa a jugar de central porque vamos ganando 1 a cero y quedan 8 minutos…). Ese cambio de posición, pregunto ¿está pensado en beneficio del jugador? ¿Es bueno  para su formación o está pensado en beneficio del equipo, o sea en lo inmediato? Puede que sea bueno para los dos, pero un profesional de cantera debe guiar SIEMPRE sus decisiones en función del bien de cada jugador y el equipo, aunque parezca contradictorio, debe pasar a segundo plano. Estamos en un proceso de evolución personal e individual.
Otro ejemplo muy común es escuchar a los entrenadores  gritar a un chaval que regatea mucho: zurdo pásala, juega en equipo.  Repetimos: es más importante el hoy que el mañana: si un niño se cohibe y deja de regatear en infantiles porque le gritan que debe jugar más colectivamente, estaremos perdiendo, sin darnos cuenta,  a un potencial futuro crack capaz de regatear, algo tan difícil de ver en el fútbol de hoy y de siempre. ¿Os imagináis que en el Barcelona hubiesen obligado a Leo Messi a jugar con 12 años siempre a un toque? ¡Se habría dedicado a otra cosa y vuelto a Rosario!
Muchas veces es difícil de comprender esta postura  porque es lo contrario de lo que se espera de un míster de un primer equipo, pero es de una evidencia monumental.  ¿De qué sirve ser campeón en Alevines si dentro de 10 años ningún chaval de ese equipo pasará la puerta del vestuario del primer equipo? Obviamente, los niños quieren ganar (¡¡¡y sobre todo los padres !!!) y todos queremos triunfar, pero el resultado debe ser  solo un objetivo más, entre todos los otros objetivos técnico -tácticos que un entrenador debe tener para cada partido.
Si nuestro objetivo táctico era trabajar la posesión del balón y realizar ataques elaborados, ¡no podemos estar satisfechos porque ganemos 1 a 0 y de contra-ataque mientras que los rivales tuvieron el balón el 70% del partido!
En fútbol base, el educador está al frente de un equipo sí, pero su objetivo NO es formar un equipo, su objetivo es formar jugadores. Y además es evidente que si cada chaval progresa de forma individual el colectivo va a progresar también.
Formar jugadores es una tarea muy complicada y apasionante, pero también una gran responsabilidad ya que se pueden transmitir conceptos contra producentes y cometer errores irreparables. Por consecuencia, siempre mantengo la idea de que los mejores entrenadores- educadores  deben trabajar en la cantera y su talento debe ser consecuentemente reconocido por los dirigentes, para que no se sientan atraídos por las sirenas,  siempre mejor, remuneradas de un primer equipo. ¿Te imaginas que un entrenador de fútbol base le hubiera impedido regatear a Leo?