Quizá has oído de la Teoría del Caos y el Efecto Mariposa, pero el primer término generalmente por error es asociado a algo negativo, a una visión de desorden donde no funcionan las cosas bien. A lo largo de la historia hemos considerado que fuimos creados a través de un orden establecido, pero qué pasa si el desorden fuera armonioso, un evento necesario para la continuidad universal.
¿Cómo se convirtió un evento caótico en vida humana?
La Teoría del Caos es una investigación con diferentes aristas. La matemática, física y muchas otras ciencias se centran en estudiar y apreciar este fenómeno del universo y uno de los ejemplos para clarificar este concepto es el Efecto Mariposa, una anécdota que se refiere a cómo el aleteo de una mariposa puede provocar un Tsunami del otro lado del mundo, bajo la idea de que en unas condiciones iniciales, la más mínima variación determina un sistema caótico a medida que la evolución se da en ciertas formas completamente diferentes. ¿Es la vida una creación bajo un sistema caótico en un universo infinito?
Este concepto ha sido colaborador como herramienta en muchas de las aplicaciones de la ciencia y tecnología. Gracias a estas aplicaciones el nombre se torna paradójico, dado que muchas de las prácticas que se realizan con la matemática caótica tienen resultados concretos porque los sistemas que se estudian están basados estrictamente con leyes deterministas aplicadas a sistemas dinámicos.
En Internet se desarrolla este concepto en Teoría del Caos, el tercer paradigma, de cómo la estadística inferencial trabaja con modelos aleatorios para crear series caóticas predictoras para el estudio de eventos presumiblemente caóticos en las Ciencias Sociales. Por esta razón la Teoría del Caos ya no es en sí una teoría: tiene postulados, fórmulas y parámetros recientemente establecidos con aplicaciones, por ejemplo, en las áreas de la meteorología o la física cuántica, y actualmente hay varios ejemplos de aplicación en la arquitectura a través de los fractales, por ejemplo el Jardín Botánico de Barcelona de Carlos Ferrater.