La terapia con caballos ayuda a los niños con retraso psicomotor

Anteriormente hemos hablado de la hipoterapia o terapia con caballos, una terapia alternativa terapéutica considerada eficaz para ayudar a las personas de cualquier edad que sufren diferentes problemas físicos y mentales. Varias investigaciones realizadas a lo largo de los años han demostrado su efectividad, por ejemplo con niños autistas, logrando que estos niños demuestren sus sentimientos a los animales cuando generalmente no los demuestran a sus familiares más cercanos, o con niños hiperactivos, los animales consiguen que los pequeños lleguen a un estado de relajación que no alcanzan en la vida cotidiana.

Hoy conocemos un nuevo estudio desarrollado por expertos de la Universidad Complutense de Madrid, la Universidad Rey Juan Carlos y la Fundación Caballo Amigo, en el que se concluye que la terapia con caballos ayuda a los niños con retraso psicomotor. Como hemos comentado, este tipo de terapias ecuestres se suelen utilizar como tratamiento complementario en pacientes que sufren diferentes patologías, una de ellas es el retraso psicomotor que sufren algunos niños. Según los expertos, los niños experimentan mejoras en el control del equilibrio, el tronco, la función motora gruesa, la espasticidad (músculos contraídos a causa de un trastorno motor del sistema nervioso), etc.
En la investigación se trabajó con un grupo de 11 niños con edades comprendidas entre los 3 y 15 años, cinco sufrían parálisis cerebral, uno de ellos además tenía síndrome de Down, 4 padecían retraso madurativo y uno de ellos sufría síndrome de Dandy Walker (malformación congénita caracterizada por la imperforación de los agujero de Magendie y Luschka). Otro niño sufría síndrome isodicéntrico 15, una alteración del cromosoma 15 que se presenta duplicado pero sin ser una copia exacta, que provoca retraso evolutivo generalizado.

La terapia con caballos a la que fueron sometidos los niños se realizó en la Fundación Caballo Amigo, los expertos realizaron la medición de tres parámetros de la función motora gruesa y de la calidad de vida tras la terapia. Los niños se dividieron en tres grupos, cinco recibieron tratamiento de hipoterapia, otros cinco equitación terapéutica y uno, una combinación de ambas terapias. En este caso hay que diferenciar entre la hipoterapia, tratamiento en el que el paciente está montado en el caballo pero no tiene participación directa con él, y la equitación terapéutica, tratamiento en el que es necesario que el paciente participe de forma activa en el control del caballo, ya que el objetivo es el aprendizaje terapéutico.

Durante todo el curso escolar los niños recibieron una sesión semanal de 45 minutos, al margen de la terapia, siguieron recibiendo los tratamientos farmacológicos y los tratamientos de rehabilitación habituales. Los expertos realizaron un seguimiento durante cuatro meses, antes y después de un periodo de inactividad correspondiente a las vacaciones navideñas y dos meses después de realizar la segunda valoración. Los resultados muestran que se experimentó una mejoría en la función motora gruesa, sin embargo, en lo que respecta a la calidad de vida, los investigadores apuntan que aunque se observó un incremento de la percepción de bienestar en casi todos los niños, los datos no muestran diferencias estadísticas significativas. Los expertos apuntan que la calidad de vida es un parámetro muy difícil de cuantificar, de ahí que no se puedan apreciar mejoras significativas.

Quizá para poder observar estas mejoras y cuantificarlas habría sido necesario realizar un estudio a largo plazo. Pero lo que sí queda claro y según leemos aquí, es que este tipo de terapias mejora la motricidad gruesa de los niños, especialmente a la hora de caminar, en el gateo y en el área de las rodillas. Podéis conocer más detalles de la investigación a través de este artículo publicado en la revista científica Neurología.

Foto | Carlos Rohm

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