¡Vacaciones en Sylt! En la estación, cuando Christine se lanza a los brazos de Johann, dispuesta a pasar dos semanas de vacaciones sólo para ellos dos, se da cuenta: la señora del sombrero rojo es su tía Inge, la hermana pequeña de su padre, Heinz. Pero ¿qué hace ella en Sylt? ¿Y con tantas maletas? Para Heinz sólo puede significar una cosa: Inge quiere separarse de Walter, su jubilado marido, y abandonar la casa que comparten, y ha ido a Sylt con la intención de encontrar un nuevo amor… Heinz y su mujer lo tienen claro: ¡Hay que ir a buscar a Walter en seguida!Divertidísima e inolvidable, La tía Inge dice basta narra las aventuras de una inusual familia, aparentemente tradicional, que deberá cuestionarse cuanto creía sobre la vida y el amor para ayudar a la tía Inge a buscar un nuevo destino. ¿Se puede volver a empezar? De momento, la tía Inge ha dicho basta.
Con esta segunda novela de Dora Heldt nos reencontramos con algunos personajes de Vacaciones con papá. Un año después, Christine viaja a la isla de Sylt con su pareja con la intención de disfrutar de la playa y el sol durante dos semanas. Pero instalarse en casa de sus padres no es lo más sensato cuando el padre es Heinz. Más aun cuando, nada más llegar, se encuentra con la tía Inge, que se comporta de manera extraña. Todo parece indicar que ha dejado al tío Walter. Es una autentica crisis en la familia, lo que provoca la intervención de todos y sus consecuencias.
Con Christine, averiguamos como le ha ido la vida en ese año transcurrido con su pareja. Volver a empezar superado los cuarenta es un reto porque tanto su pareja como ella tienen sus vidas ya trazadas en diferentes ciudades, a cientos de kilómetros de distancia. El problema es que los dos no tienen las mismas aspiraciones y si bien ella desea seguir como están, él quiere llevar más allá el compromiso.
Una vez más Dora Heldt nos cuenta en La tía Inge dice basta las aventuras de una familia simpática, algo alocada, a cual más singular. Los malentendidos y la curiosidad de Heinz y Christina conducen a enredar una trama sencilla. Es una comedia sin grandes pretensiones, que cumple con su cometido, que es sin duda entretener al lector sin profundizar mucho. Me he divertido con los disparates de Heinz, sobre todo cuando se reúne con su compinche y su cuñado, a cual más peligroso en sus cavilaciones. Christina, para mi gusto, pierde un poco de fuelle en esta segunda parte, aunque en algunos momentos se le vislumbra la vena entrometida de su padre, que tanto la irrita cuando es éste quien se mete donde no le llaman. El ritmo fluido y los personajes me han hecho disfrutar de esta novela que habla de las segundas oportunidades, ya sea a los cuarenta o a los sesenta, y estoy deseando averiguar si hay más aventuras de esta familia tan peculiar.