Por eso decide huir, esconderse, salir corriendo para escapar de esa situación que está acabando con ella. Así, vagando sin rumbo, llega a Fairport, un encantador pueblecito situado en la isla de Shelter, donde ve un cottage amarillo de dos plantas, una casita igual de encantadora que, irracionalmente, compra, dejándose llevar por sus impulsos, por una corazonada. Y también guiándose por su corazón monta en la planta baja de la casa una tienda para intentar vender toda la ropa vintage que tanto le recuerda a Josh. ¿Será capaz de poner en marcha el negocio, pagar las deudas, obtener beneficios y salir adelante? ¿Cómo atraer a los clientes si nadie en el pueblo sabe que ella y su tienda existen? ¿Cómo hacer frente a la grandísima, luminosa y flamante tienda de ropa nueva que hay justo en la acera de enfrente? Pero Lily no estará sola. Porque nada más instalarse en su nueva casa una gatita blanca con un ojo de cada color decide que quiere hacerle compañía, vivir con ella y darle cariño para afrontar su nueva vida. Esta gatita es muy especial. Además de sociable y cariñosa, es capaz de entender el alma de los humanos que le rodean, ver los fantasmas, los miedos, el pasado que les atormenta y ayudarles a superarlos y a saber cuál es el siguiente paso que tienen que dar en su camino hacia la felicidad. Me ha encantado que los capítulos se alternen entre los narrados en tercera persona, que nos cuentan la historia de Lily, su día a día en el pueblo y en la tienda, su relación con sus nuevos vecinos, y los narrados en primera persona por la gatita, ya que a través de ella conocemos un poco más a los personajes. Unos personajes que nos podrán caer mejor o peor, pero a los que se les tiene enseguida muchísimo cariño, a todos. Porque todos son cercanos, reales, humanos, es como si los conociésemos de toda la vida. Junto con Lily y la gatita los personajes principales de esta historia son el doctor Ben Cole, el veterinario del pueblo, un hombre volcado en su trabajo, y su hija Bish, una adolescente rebelde, enfadada con el mundo. Y todo porque Altona, la mujer de Ben, la madre de Bish, les abandonó. Me ha gustado la historia que se desarrolla entre Altona, Ben, Bish y Lily. Todos arrastran un pasado, sus propios fantasmas, sus propias heridas que curar, sus propios problemas que solucionar y sus propios sueños que hacer realidad. Pero no es fácil abrirse a desconocidos, derribar los muros que construimos para protegernos de los demás y de nosotros mismos, para aislarnos y encerrarnos en nuestro dolor. Pero de eso precisamente nos habla esta historia, a través de sus personajes y especialmente de la gatita. Eso es lo que nos enseña. A aprender que nunca está todo perdido. Que siempre todo es posible. Que siempre tenemos un futuro por delante. Y, sobre todo, que siempre podemos encontrar algo que nos guste, que nos siente bien y que nos haga felices en la tienda de los recuerdos perdidos. Si te interesa el libro puedes encontrarlo aquí.
La tienda de los recuerdos perdidos, de Anjali Banerjee
Publicado el 09 noviembre 2013 por Goizeder Lamariano MartínPor eso decide huir, esconderse, salir corriendo para escapar de esa situación que está acabando con ella. Así, vagando sin rumbo, llega a Fairport, un encantador pueblecito situado en la isla de Shelter, donde ve un cottage amarillo de dos plantas, una casita igual de encantadora que, irracionalmente, compra, dejándose llevar por sus impulsos, por una corazonada. Y también guiándose por su corazón monta en la planta baja de la casa una tienda para intentar vender toda la ropa vintage que tanto le recuerda a Josh. ¿Será capaz de poner en marcha el negocio, pagar las deudas, obtener beneficios y salir adelante? ¿Cómo atraer a los clientes si nadie en el pueblo sabe que ella y su tienda existen? ¿Cómo hacer frente a la grandísima, luminosa y flamante tienda de ropa nueva que hay justo en la acera de enfrente? Pero Lily no estará sola. Porque nada más instalarse en su nueva casa una gatita blanca con un ojo de cada color decide que quiere hacerle compañía, vivir con ella y darle cariño para afrontar su nueva vida. Esta gatita es muy especial. Además de sociable y cariñosa, es capaz de entender el alma de los humanos que le rodean, ver los fantasmas, los miedos, el pasado que les atormenta y ayudarles a superarlos y a saber cuál es el siguiente paso que tienen que dar en su camino hacia la felicidad. Me ha encantado que los capítulos se alternen entre los narrados en tercera persona, que nos cuentan la historia de Lily, su día a día en el pueblo y en la tienda, su relación con sus nuevos vecinos, y los narrados en primera persona por la gatita, ya que a través de ella conocemos un poco más a los personajes. Unos personajes que nos podrán caer mejor o peor, pero a los que se les tiene enseguida muchísimo cariño, a todos. Porque todos son cercanos, reales, humanos, es como si los conociésemos de toda la vida. Junto con Lily y la gatita los personajes principales de esta historia son el doctor Ben Cole, el veterinario del pueblo, un hombre volcado en su trabajo, y su hija Bish, una adolescente rebelde, enfadada con el mundo. Y todo porque Altona, la mujer de Ben, la madre de Bish, les abandonó. Me ha gustado la historia que se desarrolla entre Altona, Ben, Bish y Lily. Todos arrastran un pasado, sus propios fantasmas, sus propias heridas que curar, sus propios problemas que solucionar y sus propios sueños que hacer realidad. Pero no es fácil abrirse a desconocidos, derribar los muros que construimos para protegernos de los demás y de nosotros mismos, para aislarnos y encerrarnos en nuestro dolor. Pero de eso precisamente nos habla esta historia, a través de sus personajes y especialmente de la gatita. Eso es lo que nos enseña. A aprender que nunca está todo perdido. Que siempre todo es posible. Que siempre tenemos un futuro por delante. Y, sobre todo, que siempre podemos encontrar algo que nos guste, que nos siente bien y que nos haga felices en la tienda de los recuerdos perdidos. Si te interesa el libro puedes encontrarlo aquí.