La tierna sensibilidad de León Felipe

Por Dapalo

Recordamos la tierna y emocionante anécdota de la niña a la que el poeta ve pasar todos los días por delante de su botica santanderina, en la Plaza de la Esperanza,y a cuyo entierro, poco después, asiste conmovido. El mismo nos lo dejó descrito en uno de sus más bellos poemas, situado en un pueblo de la Alcarria:

ìOh, esa niña! Hace un alto en mi ventana siempre y se queda a los cristales pegadas como si fuera una estampa. El poeta la contempla ¡Qué gracia tiene su cara, en el cristal aplastada, con su barbilla sumida y la naricilla chata!

La contemplación revela una ternura conmovedora

Yo me río mucho mirándola y le digo que es una niña muy guapa... Ella entonces me llama ¡Tonto! Y se marcha.

De súbito el poema cambia de tono: la ternura se torna piedad

Pobre niña. Ya no pasa por esta calle tan ancha caminando hacia la escuela de mala gana, ni se para en mi ventana, ni se queda a los cristales pegada como si fuera una estampa; que un día se puso mala, muy mala, y otro día doblaron por ella las campanas.

Sentimentalmente el poema se abre a la realidad:

Y en una tarde muy clara, por esta calle tan ancha, a través de la ventana vi como se la llevaban en una caja muy blanca. Y surge la comparación ventana-ataud: En una caja que tenía un cristalito en la tapa

Y sigue la persistencia de la contemplación del rostro tras un cristal:

Por aquel cristal se le veía la cara lo mismo que cuando estaba pegadita al cristal de mi ventana

Y la impresión ha quedado fija de tal modo en el poeta que se convertirá, para él, en visión existencial:

Al cristal de esta ventana que ahora me recuerda siempre el cristalito de aquella caja tan blanca

Si tras leer el poema nos asomamos a la ventana de la botica de León Felipe, comprendemos porqué el poeta concluye:

Todo el ritmo de la vida pasa por el cristal de mi ventana. Es, pues, auténtico todo. Aquella niña existió y se murió; y el poeta sintió un sufrimiento sincero que dio lugar a tan hermosos versos. Esta y tantas otras delicadas situaciones, reafirman, definitivamente, su fina pero firme sensibilidad de poeta

Recuerdo y desagravio a León Felipe * ILMO. SR. DON MARIANO TURIEL DE CASTRO Académico Correspondiente de la Real Academia Nacional de Farmacia