La tierra enamorada

Publicado el 13 noviembre 2014 por María Pilar @pilarmore

Autor de la fotografía: Igor Morski


Cuando el  Río fluía, La Tierra se dejaba querer luciendo sus mejores galas. Enamorados los dos cantaban y bailaban. En esa época, amigos no les faltaban. Las Nubes les visitaban con frecuencia, el Sol lucía orgulloso y retardaba su marcha,  el Viento los envolvía con sus abrazos cada vez que pasaba. Y la Tierra les regalaba ramos de margaritas y violetas, de rosas y lavanda.Él lo observaba todo tras los cristales de sus gafas que conferían a su figura una impenetrable mirada. Enfundado en su gabardina y cubierto con txapela vasca un mutismo le envolvía sin participar en nada ¿Tenía acaso celos de La Tierra enamorada?Un día vio cómo el Río, pletórico en otros tiempos, languidecía y  agonizaba. Un veneno químico le destrozaba las entrañas. Las Nubes ahora pasaban silenciosas y calladas. El Sol no aparecía y los Vientos los azuzaban. A Él le rompió el corazón al ver La Tierra  abandonada. Había perdido el color y había perdido el alma. Era un triste despojo de bruma gris contagiada. Obstinado e impertérrito, con su torrente de  lágrimas,  regó día tras día a esa Tierra cuarteada. Y, con el frescor de esa humedad, renació un atisbo de esperanza.