Al menos 520 réplicas fueron registradas desde el pasado viernes 11 de marzo
Parece que los temblores de la Tierra están centralizados en Japón. Al menos es lo que parece: desde el pasado viernes 11 de marzo, exactamente a las 14h46 locales (2h46 en la Argentina) – cuando un seísmo de 9 grados Richter y consecuentemente un tsunami de 10 metros de altura azotaron el país – hasta las 16h12 locales de este jueves 17 de marzo, han sido registradas 520 réplicas con magnitudes entre 4.7 y 7.1 grados, conforme datos del Centro Geológico de EEUU (USGS, sigla en inglés).
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Momento en que coches son llevados por la fuerza del tsunamiLas magnitudes superiores a 6 grados son las más peligrosas, porque podrían provocar nuevas olas gigantes, según los sismólogos, que monitorean el país que está sobre cuatro placas tectónicas, las cuales se mueven y son responsables por la muerte de 5.198 personas por el momento, además de nueve mil desaparecidos, entre ellos 500 extranjeros.
El consuelo de las naciones culpables por los cambios climáticos es que la tragedia en la nación asiática no tiene nada que ver con el calentamiento global. Eso les dan más seguridad para producir más y emitir más gases contaminantes.
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Explosión de termonuclear
La dificultad de las autoridades japonesas– consideradas una de las más preparadas para enfrentar terremotos – para controlar los reactores y evitar un caos nuclear preocupa a la comunidad internacional, que tiene el recelo de que la radiación – que ya está muy elevada – se esparza, a la vez que ya se reportaron cuatro explosiones (foto) en los reactores (1,3, 2 y 4) de la termonuclear de Fukushima. Corea del Sur va a fornecer ácido bórico para ayudar a contener los reactores. Hasta el momento más de 450 mil personas ya dejaron a sus viviendas para no contaminarse, según la prensa local.El Senado chileno instó al gobierno cancelar todos los programas nucleares inmediatamente – como parte del plan de energía, que establece que en 2020 un 20% de lo producido en el país provenga de Energías Renovables No Convencionales – ya que allí se registran muchos temblores. Un ejemplo reciente es el de 8.8 grados Richter, el febrero de 2010, el cual han muerto 802 personas. El presidente venezolano, Hugo Chávez, hizo lo mismo el último martes 15 de marzo. En Alemania las termonucleares con más de 30 años de operación han sido desconectadas. Ya en Brasil, la ONG Greenpeace solicitó al Ministerio Público que suspenda la construcción de la nueva termonuclear de Angra III, en la ciudad fluminense de Angra Dos Reis. Probablemente en el gigante sudamericano será muy difícil interrumpirla, ya que a veces los intereses comerciales hablan más alto de lo que la seguridad ambiental. Un buen ejemplo es la deforestación en la Amazonia.
Los perjuicios pueden llegar a US$ 171.000 millones de dólares. El grupo de los países más ricos – G7 – ya ha comenzado a reunirse telefónicamente para discutir el impacto de la tragedia en la economía nipón.
Nos está dando Japón una lección de lucha contra el tiempo para salvar vidas y mostrar los daños que la energía nuclear – a pesar de ser considerada limpia, ya está siendo llamada de “apocalíptica” – puede causar. ¡Ojalá que toda ese nerviosismo global no sea temporal y pueda reflejar de manera positiva en el futuro!
Se está entre la espalda y la pared: si se produce energía a partir de las termonucleares hay riesgos, como los de Japón; y si se usa el petroleo para generarla se contamina el medio ambiente, ya que dicho hidrocarburo no es renovable. Además, si se utiliza el agua se desperdicia los recursos naturales. Una alternativa es el uso del viento para producir electricidad, sin embargo se necesitan muchas inversiones.