El final de la tarde pasa cálida y apacible entre aromas florales entremezclados con olores que evocan mi memoria, olor a aceite caliente, a comida, a cenas en familia al oscurecer, a mi infancia. Todo está en calma, el bochorno y las nubes con curiosas formas, presagian tormenta. Siempre me gustaron las tormentas ligadas a la primavera y principios del verano. Esos momentos previos, la calma, la luz, el viento, los olores, el espectáculo, el misterio de la naturaleza.
La calma se ve perturbada por ligeras ráfagas de viento que cada vez se van haciendo más fuertes, los sonidos parecen tomar eco, oigo ladridos de perros, el motor de coches que pasan por la lejana carretera, voces y ruidos entremezclados. Se van formando pequeños remolinos de hojas en la calle, el viento arrecia ahora con fuerza trae hacia mi rostro aire cálido entremezclado con corrientes de aire fresco. A lo lejos suenan truenos prolongando su sonido. Me encanta oír el sonido de los truenos en lontananza que van expandiéndose poco a poco, a veces me parecen cercanos a la propia música con ese eco que se propaga por todo el cielo.
El viento comienza a traer olor a tierra mojada. Me gustaría guardar este aroma tan intenso en un frasco, y poder destarparlo de vez en cuando por su pureza, frescura y naturalidad, un aroma con memoria, tardes de verano, calor, sonrisas y tantas cosas…
Comienzan a caer las primeras gotas de lluvia, son frías, el aire que ahora parece más calmado sigue soplando cálido y fresco a la vez. Los truenos que antes se dejaban oír en la lejanía ahora suenan con mayor contundencia, como furiosos, a lo lejos veo el resplandor de los relámpagos que iluminan las negras nubes a esta hora ya casi sin luz. Los rayos hacen formas espectaculares precedidos por el ruido sórdido y potente de los truenos. El atardecer nos regala un espectáculo inigualable, la oscuridad del cielo se ilumina con la luz de los relámpagos. La lluvia cesa, ya no hay viento, todo queda en calma, tan solo se oyen a lo lejos los sonidos de los truenos que llevarán la tormenta hacia otro lugar.
Una de las piezas musicales que mejor describe la primavera en la naturaleza, en la que irrumpe una tormenta es la Sinfonía nª6 en fa mayor op 68 más conocida como Pastoral de Ludwing Van Beethoven. Una música que describe por si sola mucho mejor que yo lo que aquí he querido contar. El segundo movimiento describe una tormenta en lontananza y el tercero la tormenta en sí.
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