Subí hasta los juzgados, y entré en Tempus Fugit, un local con una gran terraza, y una barra de pinchos de lo más llamativa. Tres camareros iban y venían, hasta que uno de ellos me vio: tortilla de patatas y botellín de agua, por favor. Tuvo el detalle de preguntarme si queria el pincho calentado, algo que odio: odio los microondas, y odio la comida recalentada en ellos. Es más, creo que es un sacrilegio recalentar la tortilla de patatas.
Así que me comí mi pincho, frío. El primer bocado no me agradó mucho: trozos grandes de patata, algunos trozos un pelín duros, una masa heterogénea de huevo y patatas. Una pena, con la barra tan estupenda que tienen, comer una tortilla tan poco gracia.
La ruta de la tortilla esta vez se ha tropezado con enormes trozos de patata, nada que ver con los otros post de este pincho: Izaro y Galatea.
TEMPUS FUGITAvda. Euskadi, 1. Barakaldo.
Un lugar privilegiado, grandes ventanas, una terraza con mucho potencial, cuando salga el sol, una barra de pinchos maravillosa, unos camareros atentos, sonrientes y con uniforme negro. Pero una tortilla, no muy acertada: nada jugosa, mucha patata para tan poco huevo. Tan poco llevaba que según la partías los trozos de patata salían despedidos.
Pincho de tortilla regulero y botellin de agua, 3,40€