El amor y todas sus mágicas implicaciones han dejado marcas más de una vez en la historia y la literatura, cantos a su naturaleza extasiante y grandes obras basadas en las tragedias nacidas de su ardiente seno.
Quizás la más conocida de las fatídicas historias de grandes amantes que eligieron la muerte antes que el dolor de un corazón hecho pedazos por la ausencia del ser adorado, es la obra maestra del genial Wiliam Shakespeare, Romeo y Julieta.
Frank Dicksee la escena del balcón de Romeo y Julieta
Escrita por la magistral pluma del genio inglés en 1597 alcanzó rápidamente la fama y ha sidoreproducida en el cine, el teatro, la pintura y la música en incontables ocasiones. Bautizando de Montescos y Capuletos a muchos amantes a lo largo de la historia que se sentían identificados con la ruina de los desdichados italianos.
La historia de los amantes de Verona es una ficción salida de la dotada mente de un escritor magistral pero fue surgida a la sombra de un relato recogido en la mitología griega, que tuvo tanta repercusión en Europa que el autor lo tomó como inspiración para la creación de su gran obra: "El mito de Píramo y Tisbe."
Según narra la historia Píramo y Tisbe eran dos jóvenes babilonios que vivieron durante el reinado de
Tisbe llegó primero, pero atemorizada por una leona que se acercaba a beber agua, huyó escondiéndose en un agujero cercano, perdiendo el velo que la engalanaba mientras huía.La leona jugueteó con el delicado velo, enunciándolo con sangre fresca de su reciente cacería y cuando Píramo llegó descubrió el velo ensangrentado y las huellas felinas, consternado asumió que su amada había sido devorada e incapaz de vivir con esa amarga realidad sacó su puñal, lo hundió en el vientre y su sangre tiñó de púrpura las moras.
Tisbe salió de su escondite esperando que la leona ya hubiese continuado su camino y cuando vio el color de los frutos pensó que estaba en el lugar incorrecto, pero entonces encontró a su amor muerto con el puñal en las entrañas, lo abrazó, sollozando sacó el puñal de su cuerpo y con un ademán desesperado se suicidó con el.
Cuentan entonces que los dioses afligidos hicieron que las familias rivales incineraran a sus hijos y guardaran sus cenizas en la misma urna y desde aquel entonces los frutos de la morera quedaron teñidos de púrpura.