Título: La trampa de mielAutora: Unni LindellEditorial: Siruela, 2011Páginas: 410.
SINOPSIS.
Unos días antes del comienzo de las vacaciones de verano desaparece Patrik, un niño de 7 años que volvía sólo del colegio a casa. Hace calor, todo está tranquilo. La furgoneta de los helados ha hecho su ronda habitual, la anciana que vive recluida al final de la calle espía por la ventana, dos niñas saltan sobre una cama elástica en el jardín vecino. Una semana después, una inmigrante ilegal muere atropellada. Es la novia del conductor de la furgoneta de los helados.
El inspector de policía Cato Isaksen tendrá que enfrentarse a numerosos retos; no sólo a las terribles conexiones que descubrirá entre ambos casos sino también a su nueva joven compañera, la tozuda y peculiar Marian, quien en ocasiones parece tener una desconcertante empatía con la mente criminal.
IMPRESIÓN PERSONAL.
En La trampa de miel, la agente Marian Dahle, recién llegada a la comisaría y el inspector de policía Cato Isaksen, junto a su equipo investigan la desaparición del un niño, Patrik, cuando regresaba a su casa del colegio y se topan con que el caso está relacionado, de algún modo, con el atropello de una mujer cuya pareja es el conductor/vendedor de una furgoneta de helados que habitualmente está por la zona por la que transitan los niños del colegio de Patrik. Una trama que, sin ser original, porque me suena bastante esto de la furgoneta de los helados como sospechosa de secuestro de niños e, incluso, de asesinatos, al final te lleva por derroteros diferentes de tal modo que se va tejiendo un desenlace difícil de prever. Es una trama casi en forma de cebolla, en la que de una forma pausada, la autora va desgranando capa a capa hasta llegar a la resolución de los casos y a la interrelación entre ellos.
Mentiría si no dijera que me ha tenido intrigada buena parte de la novela, hasta que he visto un poco mejor diferentes posibilidades de resolución, pero también que, en algunas ocasiones, me ha parecido que la autora se recreaba excesivamente en cuestiones sin importancia, descripciones sobre plantas, animales o espacios que me han parecido repetitivos y que ralentizaban mucho el interés de la lectura. También se me han hecho excesivamente repetitivos los diálogos de los personajes principales, Marian y Cato, que siendo dos policías que se llevan como el perro y el gato, darían mucho más juego si los diálogos entre ellos estuvieran cargados de ironía y más que de ese enfrentamiento tan frontal que se repite en cada ocasión y que, incluso, luego se recrea en pensamientos internos de cada uno de ellos.
En definitiva, una novela entretenida con una trama que intriga desde el primer momento, aunque los personajes me han resultado un tanto simples y planos, para una historia que creo que, daría mucho más de sí si tuviera un mayor ritmo y evitara tanta reiteración.