La transformación digital de las empresas, según Darwin

Por Carlos Carlos L, Marco Ortega @carlosmarco22

No sobrevivirán las más fuertes, sino las que se adapten antes a la nueva era.

La teoría de la evolución de las especies de Darwin se basa en que no sobreviven los miembros más fuertes, sino aquellos que son capaces de adaptarse antes a las nuevas condiciones ambientales. Algunos expertos hablan ya de una analogía entre dicha teoría y lo que pasará en las empresas en los próximos años. Sólo aquellas que asuman que tendrán que adaptarse a la era digital y que acometan la transformación que el mercado les exige, tendrán alguna posibilidad.

"El gran dilema al que se enfrentan muchas compañías es que no han nacido en el entorno digital y no conocen las reglas de juego. Además, necesitan mantener el negocio tradicional y, al mismo tiempo, iniciar la transformación digital", señala Javier Zamora, profesor del Departamento de Sistemas de Información de IESE, que cree que el principal reto al que tendrán que enfrentarse será "el de desarrollar una mentalidad digital".

Pero ¿cómo hacerlo? Ésta es la pregunta a la que se enfrentan muchos presidentes y consejeros delegados. "La era digital ha desatado un vasto tsunami que todavía estamos intentando comprender y asimilar", reconoce Francisco González, presidente de BBVA, en el libro Reinventar la empresa en la era digital, editado por la entidad. En su opinión, "las reglas del juego para hacer negocios cambian casi a diario y es difícil adaptarse a un entorno vertiginoso y en constante transformación", pero "para tener éxito en esta nueva gran era, las organizaciones que durante décadas han sido rentables y líderes en su sector necesitan cambiar radicalmente", señala. BBVA es quizá una de las empresas españolas que mejor está entendiendo que este cambio es irreversible, pero aún hay muchas otras que son reticentes. "Lo que tarden en asumir el reto, será tiempo perdido", señala Jaime Castelló, profesor del Departamento de Dirección de Márketing de Esade.

Sólo el 55% de los consejeros delegados son los promotores del cambio o están vinculados a él, según un estudio de McKinsey Global Institute que recoge el texto editado por BBVA. Además, sólo el 25% del consejo de administración asume la decisión del cambio como suya y sólo el 37% de los directores financieros se muestran conformes. "Invertir más no garantiza el éxito, pero muchas personas de las organizaciones más tradicionales creen que tendrán que hacer un desembolso de dinero importante y retrasan la decisión", señala Zamora, que insiste en que el problema es de mentalidad y que ésta debe fluir de arriba a abajo de la organización.

Un estudio de William M. Klepper, profesor de Columbia Business School, en el que se analizan distintas situaciones complicadas a las que han debido hacer frente compañías como BP, HP o P&G y que supusieron un reto como la digitalización, apunta que las empresas deberán practicar el "amor exigente", o lo que es lo mismo, analizar la situación actual que lleva implícita la digitalización de la compañía y "prescindir" de aquellos que no sean capaces "de adaptarse al ciclo de negocio cambiante", especialmente si estos pertenecen a la cúpula. John P. Kotter, de Harvard University, también cree que las empresas tendrán que "cambiar las rutinas de su líder, cuestionar la visión del equipo directivo" y prescindir de aquellos que no sepan adaptarse.

Esta nueva realidad es una oportunidad para empresas más pequeñas porque el punto de partida es el mismo para todas. Según Pepe de la Peña, coautor del libro La gran oportunidad, "las nuevas tecnologías son relativamente baratas y asumirlas ahorra costes a la organización. Es el momento de aprovechar la oportunidad y hacerse grandes".

Fuente: Emelia Viaña.

C. Marco