Revista Cultura y Ocio

La Traviata en Les Arts - Nuccio, Machado, Piazzola y Mehta.

Publicado el 25 octubre 2013 por Maac @Elblogdemaac
La Traviata en Les Arts - Nuccio, Machado, Piazzola y Mehta.
Accidentada ha resultado esta Traviata que inaugura la octava temporada del Palau de les Arts, no pude asistir al estreno que tuvo lugar el pasado sábado y que tanto revuelo y chismorreo ha suscitado en diferentes blogs, me he limitado, en la medida de mis posibilidades, a informarme y sacar mis propias conclusiones, y no estoy dispuesto a reflejarlas aquí porque se ha especulado tanto que no me atrevo a dar algunas noticias por buenas si no están contrastadas (lo último que me faltaba oír es que todo el mundo sabe los detalles de la conversación entre Schmidt, Palacio y Mehta en un despacho, o la Sra. Schmidt tiene intervenido el despacho o no me lo explico). Con una buena política de información en la Web de Les Arts, que no tiene por qué ser exhaustiva (bastaría con informar a tiempo sobre las indisposiciones de los cantantes y si sobre se conoce o no quién será el sustituto), se evitarían muchos rumores y suposiciones. Vergonzoso es que todo el mundo sepa que un cantante tiene una afección o que ha cancelado algunas funciones y la web del teatro no diga nada. Hoy mismo, en el programa de mano, no se anunciaban los cambios originados por tanta cancelación, se limitaron a anunciar por megafonía que cantaría Aquiles Machado y Jessica Nuccio, sin precisar a quién sustituían, así no se pueden salir bien las cosas.
Las cancelaciones obedecen a circunstancias ocasionales que se dan en todos los teatros y que suelen ser bien gestionadas por sus aparatos administrativos, Les Arts es la excepción. En el estreno, el 19 de octubre, el tenor Ivan Magri, que ya durante los ensayos había mostrado problemas de salud, tuvo que abandonar la escena durante el segundo acto por un problema de cervicales, mientras que la soprano protagonista, Sonya Yoncheva, que también venía mostrando problemas de salud, había cancelado las cuatro primeras representaciones.
Es la segunda vez que La traviata visita Les Arts, lo había hecho ya hace tres años con una controvertida dirección músical de Lorin Maazel y escénica de H. Brockhaus. Ahora le ha tocado el turno a Zubin Mehta, mucho más afín a este tipo de repertorio, con una producción que procede de la Ópera Neerlandesa de Amsterdam, realizada por Willy Decker y que es bastante conocida por los aficionados porque está basada en una célebre producción del Festival de Salzburgo que se grabó en el año 2005 en DVD y que estaba dirigida por Carlo Rizzi y protagonizada por Anna Netrebko y Rolando Villazón.
La producción de Decker y Meisje Barbara Hummel, quien se ha encargado de la reposición, se caracteriza por trasladar la acción a la actualidad con el objetivo, en palabras de Decker, de alejarla de un momento histórico ya pasado y acercarla al público de hoy; por la escasez de elementos escénicos y por centrar, más si cabe (en un principio Verdi y Piave estuvieron tentados de titular la ópera con el nombre de la protagonista), toda su atención en el personaje principal del drama, Violetta Valery, la única que viste de color. Una producción sencilla y elegante, con una hermosa escenografía de Wolfgang Gussmann,  que  no sigue el libreto al pie de la letra pero logra su objetivo: por un lado, eliminar todo tipo de barreras entre la protagonista y el espectador y profundizar en su drama psicológico, y por otro, jugar con la idea circular de la vida y la muerte (representada ésta por el Dr. Grenvil), algo que según Decker, forma parte de la idea original de Verdi en cuanto melodías del primer acto son retomadas en el último. Un enorme reloj simboliza el inexorable paso del tiempo. La escenografía, montada en semicirculo que casi se despega de la caja escénica, combina muy bien con la estética de la sala (ya sé que esto es una tontería, pero es que es así) y favorece muchísimo la proyección de las voces. Una de sus principales virtudes es que logra integrar muy bien la escena que siempre suele ser infumable, la del salón del palacio de Flora con disfraces de zíngaras, toreros y picadores, en esta producción se opta por realizar una especie de parodia sobre los amores de Violetta y Alfredo que resulta muy entretenida y oportuna.
La joven soprano italiana Jessica Nuccio, que precisamente debutó en 2011 en La Fenice interpretando el papel de Violetta, ha sido para mí una auténtica sorpresa, tiene un timbre bonito, muy homogéneo, bien proyectado, suficiente en los agudos, sabe expresar lo que canta -no sé por qué durante el primer acto me dio la impresión de que no vocalizaba lo suficiente en los recitativos-, resultando comunicativa y, ayudada por su juvenil físico, ofrece una Violetta muy creíble a pesar de que en el grave se eche de menos algo más de presencia. Muy difícil se lo ha puesto a Yoncheva.
En el estreno Magri fue sustituido por Nikolai Schukoff  -que se encuentra en Valencia para cantar Siegmund en la próxima Valkyria- y no el cover que, al parecer, estaba inicialmente previsto, Javier Palacios; en las dos próximas funciones lo hará Saimir Pirgu, y hoy el Alfredo sustituto ha sido Aquiles Machado. El tenor venezolano, que el año pasado estuvo con Chailly en Valencia cantando Rodolfo en La bohème,  sigue manteniendo un precioso timbre, viril, muy cálido y latino, puro fuego, lástima que en los momentos más expansivos la voz ya fluctúe y muestre problemas en los agudos, que se pusieron en evidencia sobretodo en la criminal cabaletta "O mio rimorso". Estos inconvenientes no deslucieron su actuación gracias también a su exhibición de fraseo, entrega y musicalidad.
El barítono Simone Piazzola fue segundo premio en Operalia 2013, encarnó a Giorgio Germont. Ha sido la segunda sorpresa de la noche, me ha gustado mucho este barítono, un timbre muy agradable y un canto bastante matizado.
El personaje del Dr. Grenvil, aunque no abre la boca hasta el último acto, está presente durante toda la representación, fue servido por el veterano bajo Luigi Roni, una voz en la que se hace notar el paso de los años. Correcto el resto del reparto, que no tiene intervenciones muy significativas
Zubin Mehta se mueve como pez en el agua en las partituras verdianas, no será tan genial como Muti, ni, afortunadamente, tan arriesgado como Maazel, pero siempre ofrece lecturas honestas, precisas,ágiles y al servicio de las voces, es una garantía y, dados los tiempos que corren, un lujo tenerlo en el Palau de les Arts, esperemos que por muchos años. Bien el Coro de la Generalitat y magnífica la Orquesta de la Comunitat Valenciana, hacía tiempo que no brillaban tanto las cuerdas como lo han hecho en esta Traviata. Una vez más la elección de cantantes de última hora ha salvado los muebles, he salido con muy buen sabor de boca y ya tenía ganas porque con la Traviata programada hace tres años no quedé nada satisfecho.


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