La tregua se hace permanente. Fin de los terribles dos años

Por Seodi

La última vez que escribí, fué a mediados de Diciembre. Tengo esto muy requeteabandonado, pero el tiempo que hay es el que hay.
El último post que escribí fué respecto a una tregua que nos estaba dando el campeón tras unos meses de ¿infierno?
Porque el tiempo todo lo suaviza, pero tengo que reconocer que pasamos unos meses de mierda. Que no es oro todo lo que reluce en lo que a la maternidad se refiere, a pesar de la imágen idílica que se quiera dar de la misma con tanta foto lila pastel de cupcakes azucarados.
Pasamos unos meses de mierda en los que yo, fiel reflejo de una buena #malamadre, perdia los nervios dia sí dia también.
Un dia llegó la calma. Allá por mediados de Diciembre. Pensé que sería algo pasajero. Pero la calma continúa a día de hoy, con el consiguiente alivio para mi y para los que estamos con el niño cada dia.
Así que tengo que llegar a la conclusión de que lo vivido han sido los terribles dos años. Que en nuestro caso no es que fueran horribles. Fueron lo siguiente.
Desde entonces disfrutamos del niño. Ya no hay luchas más que las justas y lógicas. Ahora pasas gusto de estar con el. Y al final supongo que el trabajo ha tenido su recompensa. Podríamos haber dejado hacer, haber consentido, y haber pasado. Bueno, reconozco que algo hemos dejado hacer, algo hemos pasado por alto, algo hemos consentido. Pero no el grueso. Y supongo que ahora viene la recompensa. Estamos más tranquilos, ahora disfrutamos de pasar el dia con el niño. Se porta mejor, obedece más, y también hay que decirlo, se entretiene más solo.
Asi que si alguien llega aqui abrumado por los terribles dos, que sepa que se pasa. Y el que quiera que lo recuerde aqui
http://frikimami.blogspot.com.es/2013/10/el-diario-de-mami-jones.html
y aqui
http://frikimami.blogspot.com.es/2013/11/de-caras-regulines-y-caras-tristes.html
Lo de las caras regulines, que conste que aún lo seguimos trabajando, pero las caras contentas ya se dejan ver mas a menudo, entre otras cosas, porque al final conseguimos que entrara al cole contento y con su baby puesto, aunque sea sobornándole con cacahuetes, que en vez de hijo, parece que tengo un mono.