La Trêve: el thriller de Netflix que te dejará sin aliento

Publicado el 12 abril 2021 por Apgrafic
"La Trêve" es una serie policial belga estrenada en 2016.

El trabajo de Yoann consiste en adentrarse en la mente de los demás, en sospechar sin descanso, permeando su vida privada hasta llevarlo a soportar una carga asfixiante. Yoann sospecha de todo habitante de Heiderfeld –¡incluso de él mismo!–; sus interacciones se ven atiborradas de suspicacia y cautela, llevando su psique al límite.

Por Gerónimo Stoll

La Trêve (2016), traducida como "La Tregua", es una descomunal serie dentro del género policial negro. Observamos al detalle el trabajo y cavilaciones del inspector Yoann Peeters, quien escarba dentro de los límites de la podredumbre a la cual puede llegar la sociedad, así como la bajeza del ser humano en dónde todo el mundo es capaz de cometer un crimen, incluso él mismo.

Recién llegado a Heiderfeld desde Bruselas, Yoann busca un respiro tras la muerte de su esposa y reconstruir su vida en su pueblo natal junto a su hija. Apenas descarga la mudanza, el joven inspector Sebastian Drummer, solicita su ayuda para levantar el cuerpo fenecido del futbolista Driss Assani, un muchacho Togolés quien vio desvanecer sus esperanzas del sueño europeo. Para los habitantes de Heiderfeld no hay secretos, se trata de un evidente suicidio, pero el instinto e intuición de Yoann lo llevan a observar detalles inquietantes en la escena inicial. Pruebas suficientes le permiten comprobar que se trata de un asesinato. Yoann pasa a ser el jefe de la investigación policial para hallar a las personas responsables.

Si amas el suspenso, el vértigo, el misterio y la intriga psicológica, La Trêve es la alternativa detectivesca que necesitas para sintonizar Netflix y con un protagonista, golpeado por las cavilaciones y eventos a los que lo lleva su compromiso ético con la ciudadanía. El trabajo de Yoann consiste en adentrarse en la mente de los demás, en sospechar sin descanso, permeando su vida privada hasta llevarlo a soportar una carga asfixiante. Yoann sospecha de todo habitante de Heiderfeld –¡incluso de él mismo!–; sus interacciones se ven atiborradas de suspicacia y cautela, llevando su psique al límite. Comienza a abusar de medicamentos progresivamente, siendo arrastrado hacia vivencias que terminan por quebrarlo.

Cada episodio de La Trêve lleva al espectador a quedarse sin aliento. Ante cada nueva evidencia o indicio de culpabilidad en la muerte de Driss Assani, se revela otro secreto de Heiderfeld que lleva a diseccionar un caso complejo dentro del silencio que busca darle un pueblo que prefiere dormir en su mediocre apatía. Poco a poco, se desentraña a un nuevo culpable, pero jamás al responsable, de modo que la ansiedad es sofocante luego de cada episodio, al igual que la vida de Yoann Peeters en Heiderfeld.

A pesar de mostrarnos un escenario bucólico, la serie va develando oscuros personajes subterráneos. Sin embargo, el origen de sus motivaciones se reduce a un “trauma” acotado en sus vidas, una explicación bastante limitada desde la psicología autobiográfica, pero que resulta compatible con el argumento de la trama, provista de un vertiginoso ritmo y tempo para concatenar los hechos. El equipo investigador se halla bajo la ineludible presión del tiempo, factor que les impide ahondar a profundidad la biografía de los personajes implicados, caso contrario, caerían en encrucijadas interminables.

Durante su último día como director del caso, Yoann sufrió un shock post-traumático cuyo resultado es una amnesia disociativa. En conjunto con la psiquiatra Jasmina Orban, debe reconstruir lo acaecido durante la pesquisa que llevó a cabo. Sus métodos de trabajo son puestos en tela de juicio enfrentando acusaciones graves hacia él. Hubo muertos, proyectos destruidos, familias separadas, amistades derruidas: se destaparon las alcantarillas de Heiderfeld. Como en todo pueblo pequeño, el infierno es grande y Yoann, se ve alcanzado por las brasas.

La Trêve apuesta por un priming emocional frente a los secretos que revela como paliativo a la sofocante ansiedad que desencadenan sus intrigas, de modo que encomienda al espectador la tarea de una segunda reflexión más pausada y sensata –como símil de la obnubilación a la que pueden llevar las emociones– reflexión que da cuenta de aquellos detalles que pudieron explotarse con mayor contundencia y lógica.

Aquella incertidumbre a la cual estamos acostumbrados a callar, aquel vacío que decidimos no observar, aquella angustia que buscamos olvidar, es la que invita a vivenciar La Trêve y en consecuencia, reconciliarnos con los recursos que disponemos para lidiar con una experiencia ineludible como la ansiedad e incertidumbre, aceptando su aquiescencia a la existencia humana.