La triada de “lo conseguiré”

Por Mamaconvergente2

Llevo días con una esta frase en mi pizarra del salón. La frase versa “Lo voy a conseguir”. Y es que tengo una relación con mi pizarra un tanto especial.

Si no tienes tiempo a leer el artículo completo te aconsejo que te saltes toda mi relación con la pizarra y empieces a leer desde “LA TRIADA PODEROSA”. Mucha gente que lee mi blog no está muy sobrada de tiempo y prefiero que si es así en lugar de dar por terminada la lectura ante el largo texto, te vayas directamente a lo interesante de este artículo.

Dicho esto prosigo con mi explicación de la relación que tengo con la pizarra. La pizarra la compré hace tiempo más como adorno que como algo útil y pretendía decorar la habitación del pequeño. Pero en mi última revisión de cosas que tirar/donar me reencontré con ella y decidí darle un destino mucho más digno en el salón de casa.

Como no es una pizarra muy grande no sirve para grandes explicaciones. Eso oblliga a sintetizar. Sin que me diera cuenta mi pensamiento obsesivo se apoderó de ese espacio. Era algo así como dejar un pensamiento que rondaba de manera impaciente para ser descifrado. Pero como el pensamiento rápido es aleatorio nunca llegaba a ninguna conclusión. De no haber dado con esta manera de sacar ese pensamiento y verlo constantemente, esperando ser escudriñado, la mayoría de ellos hubieran volado.

Así es como empecé a anotar esos pensamientos fugaces que entraban en bucleen mi cabeza. Lo pensaba, no anotaba y pensaba sobre él.

Y así, anotado en la pizarra a la vista de todos, comentado. Cada uno con su punto de vista y su visión. Así cada día en casa miraban la pizarra para saber qué rondaba por mi mente.

Dicen que soy capaz de hacer magia. Y parece que cada cosa que ponía en mi pizarra se iba convirtiendo en certeza. Las cosas pasaban. Se hacían realidad. Por eso esta vez, con un nuevo proyecto gestándose como un niño, que apareciera esa frase me hizo especialmente feliz. Porque el karma siempre compensa.

LA TRIADA PODEROSA

Tres es número mágico. Resuena por los siglos en el arte. Y porqué no, en nuestro pensamiento ancestral. ¿Porqué no avanzamos? Quizás porque nos cuesta elegir. Elegimos poco y mal. Y lo hacemos así porque prestamos atención a la parte menos desarrollada de nuestro cerebro, el neurocortex. Ahí es de donde viene el pensamiento racional. Esa parte fue la última que desarrollamos como humanos. Antes de eso actuábamos por intuición. Cuando actuamos por intuición nos equivocamos menos, porque esas cosas las decidimos con la parte insonsciente, una parte millones de veces más desarrollada que la parte racional. Esa parte que nos avisaba de los peligros o quién era bueno o malo. Quien nos avisaba “sal corriendo, que tiene cara de pegarte con el palo”.

Después desarrollamos la emocional, la del corazón. Esa que nos hacía llorar nuestras pérdidas. Esa que nos enseñaba a amar y mantener vínculos estables. La que nos decía que ayudáramos al clan. Esa que sigue distinguiendo entre hacerlo bien o mal.

Y por último la racional. Esa más que ayudarnos a decidir, nos debería ayudar a elaborar estrategias para conseguir eso que hemos decidido que nos merecemos en nuestra vida.

Así nuestro trío. Nuestra mente a tres bandas. Nuestra alma, corazón y razón se alinean para darnos sobradas herramientas para conseguirlo.

Así como un embudo, nuestro instinto nos dirá, nuestra emoción nos guiará, y nuestra razón elaborará un mapa por el que transitar hasta nuestro destino.

Porque el trío más mágico es aquel capaz de unir el mundo terrenal con el cielo. Lo mágico con lo lógico. Lo irreal con lo real. Amplía sobradamente los horizontes. Porque la triada siempre es poderosa.

USA LA TRIADA PODEROSA

¿Sabes qué? Te doy tres pautas para que te vaya mejor y saques partido de la triada más poderosa que conozco:
1. Sé consciente del primer pensamiento que has tenido sobre algo y agárrate a él.
2. Cuando necesites tomar una decisión o saber qué es lo que de verdad sientes sobre algo relájate… Cierra los ojos. Respira. Lleva tu mano al corazón. Siéntelo. Pregúntale a él. Siente de donde sale la respuesta.
3. Usa tu parte racinal para trazar el mapa que te ayude a adentrarte en el territorio. Usa tu parte racional como la herramienta para la que está diseñada.

Espero que te haya gustado el artículo tanto como a mí escribirlo.

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