La tristeza del samurai

Publicado el 06 abril 2014 por Aleon @Aleonpizarro
de Víctor del Árbol.


Quizás sea un error o quizás no, pero lo cierto es que desde que leí Respirar por la herida me hice incondicional de este escritor añadiendo a ello que me encantan muchas de las cosas que escribe en 140 caracteres en twiter. Mensajes cortos pero con un gran contenido, la mar de las veces de tipo social.
Sin embargo, gustándome tanto no sabía que sus padres procedían de Extremadura, como él mismo me dijo cuando le pregunté sobre uno de los escenarios de La Tristeza del Samurai, y mi tierra aparece en la novela como un homenaje a esta región en la que se anclan sus raíces. Como cualquiera puede entender, me encanta que una parte de la novela me sitúe en un terreno bien conocido y que mi tierra forme parte de esta ejemplar novela. Desde aquí vaya mi agradecimiento al autor por esta cercanía.
Título: La tristeza del SamuraiAutor: Víctor del Árbol.            Editorial: Alrevés, 2011.          Páginas: 416.                            

Resumen Oficial.

Extremadura 1941 / Barcelona 1981
Dos tramas se desarrollan de forma paralela; una en Extremadura en el año 1941; la otra en Barcelona en 1981. Un crimen cometido durante la posguerra española produce consecuencias en tres generaciones de la familia Alcalá y en aquellos que se han cruzado en sus vidas durante cuarenta años. Complots, secuestros, asesinatos, torturas, violencia machista, son algunos ingredientes de esta fantástica novela.
Con un estilo descriptivo pero no por ello lento, el autor narra los acontecimientos ocurridos y poco a poco va entrelazando los personajes de ambas tramas, entrando en la psicología de cada uno de ellos.
El resultado es una magnífica novela de intriga e investigación, de sentimientos y rencores, de amor y odio, de ambición y dolor, de hipocresía y sobre todo de culpa, una lacra que se transmite de generación en generación, donde los hijos heredan los delitos de los padres y los nietos los de sus abuelos.
Una novela que atrapa al lector desde el primer momento.

Impresión personal.


Hace ya unas semanas que leí La Tristeza del Samurai, pero me ha pasado con ella lo mismo que ya me pasó con Respirar por la herida: una novela que me ha impactado en lo más hondo. Con estas dos lecturas creo que ya no resulta atrevido pensar que Víctor del Árbol tiene un estilo propio, que no se parece a nadie escribiendo y que cualquier cosa que escriba me dejará con la misma sensación de plenitud porque sé que he tenido en las manos una "joya literaria".
La tristeza del samurai tiene una trama perfectamente encajada; un puzzle complejo que de forma pausada pero constante se nos va revelando. Y lo que se nos revela es una profunda historia de maldad, venganza, odio y rencor donde todos los personajes son culpables. Nadie se salva de las circunstancias que rodean a varias generaciones cuyas raíces se anclan en los años de posguerra en Extremadura. Lo único que diferencia a muchos de sus personajes es que unos son malas personas de condición y otros tienen una maldad diluida por las circunstancias de sus antecesores.
Son muchos los personajes, hombres y mujeres, viejos y jóvenes, que se dibujan a lo largo del libro. A todos ellos los vamos conociendo perfectamente aunque aquello que los relaciona sólo encaja en su momento y en su lugar en ese gran puzzle que el autor va armando. 

Tierra de Barros-Extremadura

Dos épocas y dos ambientes relacionados. Uno la Extremadura de posguerra, una Extremadura que encontramos también muy bien dibujada en libros de Inma y Dulce Chacón o incluso de Camilo José Cela. Un ámbito rural corrupto y desigual, de señoritos y cuasi esclavos analfabetos; de miedo a la autoridad representada en muchos pueblos por el ejército, la guardia civil y la iglesia. Otro, Barcelona en los días previos al golpe de Estado del 23-F aunque también pasa por Madrid y por el frente ruso y el papel de la División Azul en ese frente. Pero no es un libro de historia. Los hechos históricos sólo le sirven al autor para mostrarnos alguna parte más de los hechos que acontecen a algunos de los personajes y para profundizar en sus motivos y en esa cantidad de espinas que todos tienen en sus corazones. En algunos casos, esos hechos pueden provocarte ganas de perdonar o de justificar las terribles acciones que cometen, pero realmente, ninguno es inocente y casi todos son víctimas.
Me hubiera gustado pensar que no existe gente así en nuestros días, que todo lo que Víctor nos relata es ficción pura y dura muy bien escrita pero ficción al fin y al cabo. Pero viendo aún cómo hoy en día aún se impide a muchas familias recuperar a sus familiares fallecidos en los años de guerra y posguerra, quizás Víctor no esté tan lejos de una realidad que obviamos. Para eso hay un refrán muy español que dice "ojos que no ven, corazón que no siente". Y los personajes de La Tristeza del samurai han visto, han vivido y sienten, ¡vaya que sí!.
El único "pero" que le pongo a la novela es el título. Si no se accede a recomendaciones, reseñas o similares, el título confunde a cualquiera que lo vea en una librería aunque dentro de la historia se encuentra perfectamente la explicación del mismo.
El resumen casi sobra. Nadie debería dejar de leer esta novela. Estáis avisados.