La trona: un trasto necesario

Por Una Mamá (contra) Corriente @Mama_c_corrient
  A través de Formspring, una persona anónima me comentaba que tenía un bebé de 7 meses y que no sabía si comprar o no una trona porque le parecía mucho armatoste y se preguntaba por su utilidad real.
Opinar sobre puericultura siempre es complicado porque cada familia y cada niño son distintos y no hablemos ya de los tipos de casa... Lo que para uno es algo imprescindible para otro puede ser algo totalmente supérfluo... 
Sin embargo, yo creo que la trona es uno de esos elementos que yo calificaría como necesarios. ¿Por qué?:
- Si vas a dar de comer al niño estando sola en casa, en alguna parte le tienes que sentar. Ya no es sólo que hasta bien entrados los 8-9 meses la mayoría de los niños no se sostienen sentados correctamente (sin irse para todos los lados, para delante o para atrás) sino que puedes tener un niño como el mío, al que jamás podrías darle de comer si no está atado a algo, sería como intentar alimentar a un pulpo cabreado, para que os hagais una idea.
- La trona sirve, en líneas generales, como un primer asiento para el bebé. Puedes usarla para que el niño vea la tele, por ejemplo. O si sale tranquilito, hasta podrías ponerle algunos juguetitos en la bandeja para que juegue (con mi hijo es implanteable porque enseguida quiere bajarse). Yo llevo meses metiendo la trona en mi cuarto de baño y así puedo ducharme. Puede ser que llore y se cabree porque no tenga paciencia, pero es el único sitio donde le tengo a la vista y con la seguridad de que no se va a marchar a ninguna parte a pegarse un mamporro.
- Una vez que el niño empiece a tener interés por la comida de los adultos e ir masticando pequeños trozos, facilita sentar al niño a la mesa, puesto que la mayoría se pueden arrimar. Esto siempre será más fácil que poner cojines o algún adaptador en las sillas normales y garantiza, nuevamente, que el niño esté más sujeto. 
- Bien comprada, puede durar mucho tiempo e ir evolucionando con el niño. Es cierto que no son nada baratas, pero creo que es de las inversiones que mejor se amortizan. Bien cuidadas pueden aguantar el trote de varios niños.
Hay que tener claro que las tronas ocupan espacio. En una casa pequeña como la mía desde luego que es un mamotreto. Pero metemos tantas cosas, a veces inútiles, que con esta creo que merece la pena hacer el esfuerzo. 
Otro día, si a alguien le interesa, puedo hablar de mi trona, la Chicco Polly 2 en 1, y todas las razones que tengo para no recomendársela a nadie (de hecho, he comprado otra trona en Amazon Uk que si MRW hubiera querido ya tendría en mi poder).
A día de hoy puedo hacer unas cuantas recomendaciones en cuanto a su compra:
- Aunque la familia presione para hacer regalos antes del nacimiento del niño y la trona sea muy tentadora, no recomiendo para nada comprarla por anticipado. Yo me dejé llevar y compré la que en su momento me pareció mejor para luego darme cuenta de que era una de las peores opciones en mi caso. Es mejor conocer al niño y las necesidades reales antes de comprarla y eso sólo lo sabremos poco antes de necesitarla.
- Cuando uno piensa en una trona plegable hay que plantearse si realmente vamos a tenerla plegada mucho tiempo o no. La mayoría, una vez abiertas, ocupan un espacio entre patas inmenso. Y tampoco es que sean fácilmente transportables porque pesar, pesan lo suyo. 
- Muchas veces nos dejamos llevar por la estética pero es un error. Si yo pudiera volver atrás compraría más cosas feas pero mucho más prácticas que otras me encantaron y luego dejaban mucho que desear. 
- Lo caro no siempre es lo mejor. No siempre hace falta una trona con veintemil accesorios y cinco tipos distintos de acolchado si teneis un niño, como el mío, que no aguanta quieto ni cinco minutos. 
- Valorar si es necesario que lleve o no bandeja es una decisión complicadísima. Yo apenas he usado la bandeja de mi trona actual y la que he comprado no la lleva. Muchas veces las bandejas son extraíbles pero una vez quitadas son otro trasto más a almacenar.
- Las tronas con apoyabrazos son más complicadas de arrimar a las mesas. En mi trona de Chicco los apoyabrazos se pueden levantar para que no estorben pero a veces se golpea con ellos. En mi opinión, no son necesarios en absoluto.
- Las colchonetas de plástico suelen ser muy coloridas y fáciles de limpiar pero en verano los niños se quedan pegados y, además, el plástico se acaba rajando por mucho que lo cuides.
- Si tienes un niño inquieto, hay que valorar que la trona lleve un arnés de cinco puntos y no sólo en la cintura. Gracias a ese arnés yo puedo alguna vez dejarle ahí sentado mientras voy a la cocina a por más agua, pan, yogur... En cuanto le pase a la trona nueva, que no tiene esa sujección, ya no podré fiarme porque mi hijo es de los que se tiraría de cabeza, se pondría de pie o cualquier otra trastada similar.
Espero que os haya sido de utilidad y os recuerdo, como siempre, que podeis usar Formspring para sugerirme temas, al igual que el correo electrónico.