Balance de los primeros 150 días de Rishi Sunak como primer ministro del Reino Unido
Sin duda el 2022 será recordado como un año de grandes crisis y movimiento en la vida política británica. Algo completamente inusual si consideramos uno de los sistemas políticos más tradicionales y estables del mundo occidental. Y es que no es para menos, los ingleses tuvieron que enfrentar escándalos, renuncias, tres primeros ministros durante sólo un año y la cereza en el pastel, la muerte de la reina Isabel II.
El culebrón en el número 10 de Downing Street comenzó en julio pasado, con la renuncia de Boris Jhonson tras numerosos escándalos al interior de su gabinete. A continuación, asumió Liz Truss, quien tuvo que lidiar con intensas presiones al interior de su partido y será recordada como una de las mandatarias con menos tiempo en el cargo (45 días). El último cambio hasta el momento, se dio hace cuatro meses, cuando Rishi Sunak ex ministro de Jhonson, fue elegido para ser el nuevo inquilino de la residencia más importante del Reino Unido.
Tras un fuerte período de falta de liderazgo en el partido de gobierno, así como rencillas internas y una crisis económica a la vista, Sunak, el primer ministro más joven del Reino Unido, asumió el cargo el pasado 25 de octubre. A más de 150 días de este nuevo gobierno resulta interesante evaluar cómo ha sido la gestión del mandatario. Qué retos enfrentó a su llegada, cuáles han sido los principales desafíos durante los últimos meses y por supuesto, lo que viene.
Retos con los que asumió su gobierno
Rishi Sunak asumió el cargo como primer ministro el pasado 25 de octubre entre un clima bastante incierto por los sucesos previos. Además de ser el primer ministro más joven en la historia de Reino Unido, Sunak es conocido por ser un hombre tremendamente rico. Su fortuna supera incluso a la del actual rey de Inglaterra, y su trayectoria ha estado fuertemente ligada al mundo financiero.
Lo anterior contrasta con uno de los principales retos que llegó a asumir en el cargo. El panorama económico encontrado por Sunak es quizá uno de los peores en las últimas décadas. La economía del Reino Unido se enfrenta a una gran inestabilidad desde el Brexit. Además de la salida de la Unión Europea, la economía inglesa ha tenido que enfrentar en pocos años las consecuencias de la pandemia, la crisis energética y la inflación. Panorama que ya algunos expertos en economía señalan como el peor escenario económico para el país en 50 años.
Sumado a esto, otro de los grandes desafíos a su llegada al ejecutivo inglés ha sido la inestabilidad política. El partido de gobierno, y las instituciones pasan también por un grave contexto de credibilidad y popularidad. Situación que durante el último año fue aún más aguda dadas las constantes renuncias de miembros del gabinete y primeros ministros, así como escándalos políticos. Y es que no es para menos, la nación ha tenido ya cinco primeros ministros en seis años, tres elecciones generales en sólo cuatro años, y dos renuncias al cargo más importante, en menos de seis meses.
En tercer lugar, Sunak aterriza en un escenario donde las fuerzas del partido en el parlamento, a pesar de ser mayoría, se encuentran fuertemente cuestionadas y divididas, aspecto que puede llegar a dificultar el logro de acuerdos básicos para aprobar nuevos presupuestos y otras reformas necesarias. Después de la renuncia de Truss, en manos de Sunak quedó un plan económico que sí o sí tendrá que hacer recortes al gasto y promover la austeridad, por lo que tendrá que poner en marcha habilidosas estrategias para tener a todos contentos.
Principales desafíos enfrentados
Los cuatro meses que Sunak se ha enfrentado en el cargo, han sido intensamente desafiantes. En primer lugar, logró superar más de 150 días en el cargo, lo que es ya considerada una hazaña si tenemos en cuenta lo que pasó con su predecesora y el estado en que dejó la renuncia de Johnson a los Tories, el partido de gobierno. En segundo lugar, Sunak ha llegado ante uno de los peores panoramas económicos en años. El Producto Interno Bruto (PIB) de Reino Unido sigue siendo más bajo de lo que era antes de la pandemia, a esto se suman los pronósticos del Fondo Monetario Internacional (FMI) que afirman que la economía británica será la única economía importante que experimentará una contracción en 2003.
Huelgas y escándalos fiscales
Aunque algunos expertos y el mismo Sunak culpan a la pandemia y a la invasión de Rusia en Ucrania de la situación económica actual, lo cierto es que como lo señalan muchos críticos, los efectos del Brexit empiezan a sentirse. La inflación anual, por ejemplo, alcanzó su máximo en décadas con una cifra del 11.1% el mes que Sunak asumió como primer ministro, y cerró en 10.5% en diciembre de 2022. Los efectos sobre la mayoría de la población y su cansancio no se han hecho esperar.
Antes de finalizar el año anterior, el gobierno de Sunak tuvo que enfrentar una oleada de huelgas, la más grande en las últimas décadas, convocada por diferentes sectores: enfermeras, paramédicos, maestros, agentes fronterizos y otros trabajadores que piden insistentemente un aumento en los salarios para hacer frente a la grave situación económica. Según alegan los sindicatos y organizaciones, el aumento del 4% y 5% en los salarios es insuficiente para hacer frente a la escalada en los precios de productos básicos y el coste de vida en general.
A esta presión se ha sumado el escándalo por evasión fiscal del presidente del partido conservador y ministro sin cartera, el millonario Nadhim Zahawi, a quien Sunak tuvo que destituir rápidamente antes que el suceso escalara en una crisis de legitimidad en su mandato. Ya que al posesionarse como primer ministro había prometido máxima transparencia y rendimiento en las cuentas. Por este suceso, sumado a un gabinete conformado por archimillonarios, como Jacob Rees-Mogg, Jeremy Hunt, Dominic Raab, e incluso su propia esposa, la heredera de un magnate indio, el partido laborista ha lanzado duras críticas a la gestión de Sunak.
Baja popularidad y el paulatino asenso de la oposición
El contexto de huelgas y el perfil del gobierno actual, están permitiendo a la oposición perfilarse como la opción más viable en las próximas elecciones al captar el descontento de las masas ante la precariedad económica y la crisis. Justamente, aludiendo a este panorama, hace algunos días la diputada laborista Zarah Sultana manifestó en algunos medios "son súper ricos que gobiernan para súper ricos". Lo anterior, en referencia a la falta de empatía que podrían tener Sunak y sus copartidarios con cualquier persona del común y sus necesidades básicas que ya se ven amenazadas por los altos precios y la situación económica precaria.
Este descontento ya se ve también en las encuestas y los márgenes de popularidad de Sunak, que atraviesan su peor momento. Según el más reciente sondeo de Ipsos en Reino Unido, la tasa de aprobación del primer ministro es de -18, mientras que la aprobación de Starmer, líder de los laboristas sigue subiendo, situándose en 9 puntos, dos más que en el sondeo previo.
Lo que viene
Aunque algunos asesores han señalado un progreso significativo en la economía británica desde la llegada de Sunak, lo cierto es que el panorama y pronósticos de organismos monetarios internacionales aún sigue siendo incierto. La inflación, al igual que en el resto del mundo, sigue sin bajar significativamente y la previsión de una contracción económica global es casi indiscutible. Con lo cual, el desafío económico para el primer ministro sigue estando a la orden del día, sumado a los impactos que ya se dejan ver en la población y que alienta a paros y movilizaciones masivas, aspectos que caldean mucho más el ambiente político y amenazan notablemente la estabilidad del gobierno.
Por otra parte, estas mismas tensiones, junto con la situación al interior de su partido, está haciendo que la oposición vaya conquistando mucho más terreno del que muchos pueden estar contemplando ahora. Por lo tanto, por si lo anterior no fuera poco, en manos de Rishi Sunak está nada más y nada menos que la posibilidad de continuidad de los Tories, quienes están en el gobierno hace ya más de una década.