La UE sostiene que la lucha contra el alto fracaso escolar será el 'gran campo de batalla' de nuestro país

Por Alejandropumarino

Solo Malta, con un 36.8%, frente al 31.2% español, experimenta una mayor tasa de fracaso escolar, y eso supone menos relevancia para la Unión Europea, con una media del 14.4% porque la población es mucho menor en la isla mediterránea. En este nuestro país se empezó por equiparar al alumno con el profesor, se consintió que los estudiantes participasen con voz y voto en los planes de enseñanza (¿Como va a estructura un plan para enseñar a otro alguien que ignora de lo que trata la materia?) y terminamos por consentir las asociaciones de padres e alumnos universitarios: Se debería suponer que quien llega a la Universidad no precisa el apoyo paterno en la vida por ser mayor de edad en primer lugar, y por las aspiraciones propias del tipo de estudios que lleva a cabo.

Nuestros licenciados tienen cada vez menos valor en la Unión Europea y el informe PISA es demoledor para nuestro alumnado, indicativos básicos de que estamos haciendo las cosas muy mal en educación, dicho esto sin ánimo de crítica a ninguna formación política en concreto, ya que esta situación se alcanza después de desaguisados en el tema de los que fueron responsables tanto gobiernos socialistas como populares.

La disciplina, la cultura del esfuerzo, son valores que se han defendido siempre en este espacio; no la disciplina inglesa, entendida como una suerte de tortura al educando; la cultura del esfuerzo, no sobrehumano, pero sí del necesario para comprender que la vida le resulta más o menos dura a todo el mundo, y que es mejor crecer preparado para los problemas que vivir entre algodones hasta que la selección natural depende del paso del tiempo. Esta educación elemental es la que termina con muchachos de treinta y tantos años que viven con sus padres sin otro oficio que el de esquilmar en la medida de lo posible, la pensión de los progenitores. La alta tasa de paro y el desencanto de los jóvenes no pueden ser la patente de corso que impida solucionar un problema desde su propia base. El alumno y el profesor no son iguales y los padres, por más que se empeñen, no son los amigos de sus hijos, sino algo mucho más importante.