Se pondrá el tinte en casa, se cortara a veces el pelo ella misma, y visitara la peluquería cuando ya no quede más remedio o se case alguno de sus hijos, ¿es meritoria esta actitud?, ¿o es tal vez un rol psicológico?.
Es el resultado de una mala interpretación del instinto de supervivencia familiar, porque de nada sirve llevar una vida de austeridad para complacer muchos caprichos de los hijos, en la mayoría de los casos estos calzan buen coche desde bien jóvenes.
Es curioso que cuando ya se han casado estos el chip empieza a cambiar y miran mas por su imagen, como si pensaran ahora ya me toca, voy a cuidarme; voy a quererme y hacer que me quieran, resultare más atractiva a mi entorno, ¿no debería ser este concepto esencial desde el principio?, ¿por que una mujer separada se arregla mucho más que antes?.
Nos quejamos, envidiamos, lamentamos, pero nunca hacemos un esfuerzo por mantener la llama encendida , por cuidar lo que tenemos, trabajar el ser más que el tener o aparentar que se tiene, desde aquí lanzo un reproche a la apatía, a relegarse en la lista de prioridades pensando que no merece la pena, a una mujer cuidada y con la autoestima alta que sabe donde pisa hay que dejarle hueco cuando pasa. Un abrazo.